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Segovia, España: Nuestro recorrido de un día

A solo 45 minutos en tren, queda Segovia de Madrid. Así que, no podíamos perder la oportunidad de visitar esta ciudad hermosa de Castilla y León y disfrutar en solo un día de su riqueza histórica. Nuestro recorrido comenzó tan pronto nos bajamos del autobús que nos llevó a la Plaza del Azoguejo para contemplar de inmediato, una obra monumental de la ingeniería romana, el Acueducto de Segovia.

Acueducto

Su construcción data de principios del siglo II d. C., a finales del reinado del emperador Trajano o principios del de Adriano. Se puede afirmar que el Acueducto es un símbolo de la época de esplendor que vivió el Imperio romano, mostrando su gran dominio de la ingeniería. El Acueducto de Segovia, cuenta con 167 arcos y con sus casi 30 metros de altura transportaba el agua a lo largo de 16,222 metros o sobre 16 Kilómetros, aprovechando los desniveles del terreno para lograr abastecer del preciado líquido a los habitantes de Segovia. ¡Impresionante!

La parte más visible, y por lo tanto más famosa o fotografiada, es la arquería que cruza la plaza del Azoguejo, quedando a la izquierda del Acueducto. A la derecha se encuentra la Plaza de la Artillería y cuando la observamos desde arriba, parecería que el Acueducto divide a la ciudad en dos partes. Sin embargo, convive armoniosamente con el resto de la arquitectura de la ciudad, como lo son la Catedral de Segovia, las murallas y el Alcázar.

Casa de los Picos

Una vez en el casco histórico de Segovia, nos acercamos a la Casa de los Picos, que se dice es la mansión más famosa de Segovia. Sobre la Casa de los Picos existen varias leyendas, entre ellas se cuenta que bajo uno de los 360 picos con los que cuenta hay un tesoro. El que esté de visita en Segovia por más de un día, quizás pueda invertir un tiempito para confirmar si en efecto, el cuento del tesoro es cierto.

En los dinteles de los balcones y en la puerta de acceso del edificio de la Casa de los Picos, se puede distinguir el escudo heráldico de la familia López de Ayala, quienes fueron sus propietarios. Para el siglo XVI, la propiedad fue vendida a Juan de la Hoz quien decidió cubrir la fachada con puntas de diamante o picos de granito para evitar que la continuaran llamando la Casa del Judío. ¿Y cuál fue el motivo de Juan de la Hoz para esta alteración a la fachada? Resulta que esta propiedad perteneció al verdugo de la ciudad, de origen judío. Así que, de la Casa del Judío pasó a llamarse la Casa de los Picos. Desde 1977, es la sede de la Escuela de Artes Aplicadas de Segovia, comenzando a funcionar en 1977. En su interior se celebran exposiciones de arte.

Plaza de Medina del Campo

La Plaza de Medina del Campo, también conocida como la Plaza de Juan Bravo, ofrece un conjunto arquitectónico interesante que nos recuerda algunas plazas italianas. Solamente hay que pararse a contemplar las fachadas y las diferentes texturas en las superficies de los edificios, para afirmar la belleza de esta plaza.

En la Plaza de Medina del Campo encontramos la estatua del comunero Juan Bravo, de 1921, obra del escultor segoviano Aniceto Marinas. Además, dos esfinges neoclásicas con cabeza y busto de mujer y cuerpo de leona, conocidas popularmente como Las Sirenas, del 1851, obra de Francisco Bellver, al igual que la fuente sobre la escalinata. Una plaza perfecta para sentarse a contemplar los alrededores con un cafecito o una cañita en mano.

Palacio de Cascales

Entre los edificios que llamaron nuestra atención en la Plaza de Medina del Campo, se encuentra el Palacio de Cascales, del siglo XV, que aún conserva algunos de sus elementos originales, como el estilo gótico en su patio y ventanales. Actualmente es la sede del Servicio Territorial de Fomento, de la Junta de Castilla y León. También observamos el Torreón de Lozoya, del siglo XIV-XVI. Se trata de una casa fuerte reformada por Francisco Eraso, secretario del rey Felipe II, a mediados del siglo XVI. Tiene un patio de estilo renacentista y su jardín cuenta con una galería porticada, que no pudimos disfrutar, al encontrarse cerrada en ese momento.

Iglesia San Martín

Es difícil que pase desapercibida la Iglesia románica de San Martín en la Plaza de Medina del Campo, pues se destaca impresionantemente. Fue levantada en el siglo XII, y se considera uno de los templos medievales más emblemáticos de Segovia. En el momento de nuestra visita, la iglesia no se encontraba abierta por lo que solo pudimos disfrutar de sus exteriores. Hay que fijarse en la galería porticada magnífica que rodea las fachadas sur, oeste y norte, es lo que resalta a primera vista de esta iglesia.

En el pórtico occidental hay que detenerse a observar las cuatro cariátides que decoran dos molduras (arquivoltas) del arco de la portada. Son figuras de transición al gótico, talladas de forma estilizada, con ropas muy cuidadas que dan la sensación de estar mojadas, pegadas a los cuerpos. La planta de la Iglesia de San Martín es de tres naves y cabecera con tres ábsides y cuenta con cimborrio (torre que se levanta sobre el crucero de una iglesia con el fin de iluminar y ventilar el interior). La torre del campanario de la Iglesia de San Martín es de estilo mudéjar.

Plaza Mayor

Llegamos a la Plaza Mayor de Segovia situada en su Casco Antiguo, que tiene una forma casi rectangular. Desde allí se puede observar el ábside de la catedral, el Teatro Juan Bravo o la Casa Consistorial.

Iglesia San Miguel

Se conocía antiguamente como plaza de San Miguel, en referencia a la iglesia primitiva de San Miguel que ocupaba originalmente parte del espacio de la plaza actual. Fue en esta plaza de San Miguel donde se celebraba el mercado en la ciudad de Segovia y fue también el lugar donde Isabel la Católica fue proclamada reina de Castilla el 13 de diciembre de 1474. El templo fue demolido en 1532, tras su hundimiento y se reconstruyó a unos metros de distancia para permitir el ensanche de la Plaza Mayor actual.

A partir de finales del siglo XIX comienza a recibir el nombre de plaza de la Constitución, aunque siempre mantuvo el apelativo de «plaza mayor». A finales del siglo XIX la plaza tomó vida llenándose de fondas, hoteles, cafés y comercios. El centro de la Plaza Mayor de Segovia lo preside el templete de música, diseñado por Joaquín de Odriozola en 1896.

Catedral de Segovia

Atravesamos la Plaza Mayor, para llegar a la Catedral, considerada en España, tanto por sus dimensiones, como por su elegancia, como la “Dama de las Catedrales”. La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, mejor conocida como la Catedral de Segovia, fue construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas. Es por ello por lo que es considerada en España y Europa, como una de las catedrales en donde se empleó el estilo gótico tardíamente, cuando ya la arquitectura renacentista se estaba difundiendo en la mayor parte de Europa.

El claustro de planta cuadrangular constituye la única parte del antiguo templo que ha llegado a nuestros días. Es de estilo gótico flamígero y fue trasladado piedra a piedra desde la antigua catedral de Santa María, destruida durante la Guerra de las Comunidades, hasta la Catedral de Segovia que hoy conocemos.

Las vidrieras o vitrales de la Catedral de Segovia son, sin lugar a duda, uno de los conjuntos más importantes del patrimonio vidriero español. El templo cuenta con un total de 157 vidrieras, 108 de carácter iconográfico, pertenecientes a distintos autores, épocas y estilos distribuidas a lo largo de las naves, crucero, capilla mayor y girola.

La torre campanario de la Catedral de Segovia, es otra de las partes fundamentales del templo. Se destaca por su gran belleza y altura, alcanzando actualmente los 88 metros o 288 pies. El actual chapitel o remate de piedra que corona la torre se construyó en tres años, 1617, luego de un gran incendio originado por una tormenta eléctrica en 1614. El chapitel original enteramente gótico construido de madera de caoba traída de América, de estructura piramidal alcanzaba la mayor altura de España durante el siglo XVII, con 108 metros, es decir 354 pies.

Siempre que tenemos la oportunidad de subir a una torre, lo hacemos y la torre-campanario de la Catedral de Segovia no fue la excepción. Se sube acompañado de un guía oficial de la Catedral de Segovia por unas escaleras en forma de caracol. Se suben 308 escalones hasta el punto más alto de la torre, conocido como “Las Ocho Bolas”. El recorrido incluye la visita a la Sala del Audiovisual, Casa del Campanero, Sala del Reloj y, para finalizar, el Campanario y las vistas maravillosas que desde una gran altura se pueden apreciar de la propia catedral.

Puerta de San Andrés y Murallas

Seguimos hacia la Puerta de San Andrés, Monumento Histórico-Artístico desde 1941 y que es actualmente, el Punto de Información Turística de La Muralla de Segovia. Desde aquí se ofrecen guías para su visita y venta de entradas para las zonas que lo requieren.

Es la Puerta de San Andrés la que más se destaca de la muralla segoviana. Conocida también como Arco del Socorro, por la imagen de la virgen del Socorro allí instalada en la edad moderna. Esta puerta tuvo mucha actividad, entre otras cosas porque daba paso a los judíos que se dirigían a su cementerio que se encontraba en el Pinarillo. Además, fue desde esta puerta que fueron expulsados los judíos, al encontrarse en plena Judería.

La Puerta fue restaurada por Carlos V, y aunque ha tenido varias transformaciones a lo largo de los años, conserva su trazado original del siglo XI. Contiene una torre de forma poligonal, construida con piedras de granito en la base. Esta torre va unida a un cuerpo central y otra torre cuadrada, ambas con ventanas de ladrillo de estilo mudéjar.

Luego llegamos a las murallas de Segovia, o más bien, lo que queda del recinto amurallado de origen medieval. Tiene una longitud aproximada de 3.4 Km (2.11 millas) y llegó a contar con cinco puertas y siete postigos (puerta pequeña o puerta secundaria de una muralla).

El origen de la muralla de Segovia data del final del Imperio Romano, cuando la ciudad pudo ser fortificada dando lugar a un primer trazado del recinto amurallado actual, remontándose a los tiempos de la reconquista cristiana de Segovia por Alfonso VI a finales del siglo XI. Ya durante los siglos XVI y XVII al ir perdiendo su función defensiva original, se fueron agregando elementos como viviendas adosadas a sus muros, y las puertas y postigos perdieron su finalidad.

Ha sido gracias a las restauraciones e intervenciones dentro del marco del Proyecto de Recuperación del Patrimonio Histórico de Segovia que se ha preservado gran parte de la muralla, que durante el siglo XIX se consideró obsoleta en términos urbanísticos. El camino de la muralla nos llevó a uno de sus monumentos, que parecería sacado de un cuento de hadas, el Alcázar de Segovia.

Alcázar de Segovia

El Alcázar de Segovia es hoy día, uno de los monumentos de Europa que genera gran interés en ser visitado. Quizás, la magia que genera su belleza y monumentalidad es motivo suficiente para acercarse y comprobar que es real. Su construcción data de principios del siglo XII, el Alcázar de Segovia es uno de los castillos medievales más famosos del mundo y uno de los monumentos más visitados de España. Su perfil imponente se levanta, majestuoso, sobre el valle del Eresma y es símbolo de la Ciudad Vieja de Segovia, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1985.

En 1931 el Alcázar de Segovia fue declarado Monumento Histórico Artístico. En 1953 se creó el Patronato del Alcázar que es el responsable del museo que se puede visitar en su interior. Este patronato vela por la conservación, entretenimiento y protección artística del monumento.

No podemos decirle un “hasta luego” a Segovia sin probar una de sus exquisiteces, el Ponche de Segovia, una de las recetas dulces más populares y tradicionales. El origen de este postre se le debe al confitero Frutos García Martín que fue el primero en comercializar este delicioso pastel en 1926. Tal fue el éxito del ponche segoviano que hasta el mismo rey Alfonso XIII, animó a este pastelero a presentar este delicioso pastel en la Exposición Universal de Barcelona en 1929. Fue allí donde ganó la medalla de oro, lanzando este postre a la fama.