Ávila, Blog, España

La Catedral de Ávila

La Catedral de Ávila nos recibió en medio de sus Jornadas Medievales con toda una ciudad engalanada para estas fiestas.

Es en el primer fin de semana de septiembre, que las calles de la ciudad española de Ávila regresan a la época medieval, convirtiéndose este en su evento más importante. Conocidas también como el “Mercado de las Tres Culturas” en donde se observan paseando por sus calles a moros, cristianos y judíos, juglares, mercaderes, alguaciles y plateros, entre otros personajes. Es el momento donde la ciudad se prepara para recibir a miles de visitantes que durante esos días disfrutan de desfiles, torneos, espectáculos, gastronomía, música y diversión.

Conocida como la Catedral de Cristo Salvador de Ávila, se construyó sobre los restos de un edificio primitivo dedicado a El Salvador y es para el 1172, que Alfonso VIII decide ampliarlo. La construcción de la parte más antigua de la catedral, que es la que corresponde al conjunto de la cabecera, se le atribuye al maestro francés Giral Fruchel. Además de la girola, conservando los ventanales románicos primitivos; del primer cuerpo del crucero y del cimiento de los muros en piedra “caleña”. El resultado de las obras que se dieron entre los siglos XIII y XVI, son el cuerpo de naves, las capillas adyacentes y el remate o terminación de las torres.

Fue proyectada la Catedral de Ávila como templo y fortaleza, siendo su ábside, conocido como “cimorro” uno de los cubos de la muralla de la ciudad. Esta cabecera se incrusta directamente en la muralla, como un torreón más de la misma, integrándose al conjunto. En el cimorro el material que domina es el granito “caleño” sangrante, esto por la riqueza en matices rojos y blancos.

El conjunto exterior de la Catedral de Ávila es uno sobrio, aunque se logra una integración de estilos e influencias diferentes. Por ejemplo, su planta cuenta con influencias francesas que la asemejan con la basílica de Saint-Denis, la primera iglesia gótica, construida en Francia. Entre sus puertas, se encuentra la llamada Puerta de los Apóstoles o Puerta Norte. Se dice que es del año 1300 aproximadamente, aunque su ubicación actual no es la original.

A la Catedral de Ávila se entra por la Puerta Occidental que se compone de un arco de medio punto decorado con medallones y motivos florales. Entre los detalles que se destacan está sobre el arco se ubica un pequeño tímpano en el que aparece una escena del Martirio de San Segundo. En los laterales de la entrada se encuentran una de las muchas curiosidades de la catedral de Ávila, la presencia de dos salvajes que custodian y protegen la entrada al recinto sagrado. Se conocen como los Gog y Magog, seres que intimidan al visitante para que mantenga una conducta buena y de devoción tras cruzar las puertas.

La piedra arenisca ferruginosa utilizada en las superficies de la Catedral de Ávila es uno de los elementos más llamativos utilizados en este templo. Como indicamos anteriormente, se le conoce como Piedra Sangrante o granito “caleño” sangrante, recibiendo su nombre por el óxido de hierro que presenta y la riqueza en matices rojos y blancos. Un material que llama la atención del visitante de manera inmediata.

El retablo del Altar Mayor de la Catedral de Ávila se construyó entre los años 1499 y 1512. Esta obra fue comenzada por el pintor palentino Pedro Berruguete, dando las trazas generales y trabajando el cuerpo inferior o predela, en la que representa a los cuatro doctores de la Iglesia y a los evangelistas. Al morir éste en 1503, es el pintor conocido con el nombre de Santa Cruz quien continúa y termina los trabajos dejados por Berruguete.

A la muerte de Santa Cruz en 1508, quien continuó el programa con escenas de la Epifanía y la Transfiguración, fue Juan de Borgoña. Este, terminó el conjunto en un estilo plenamente cuatrocentista, frente al estilo gótico y flamenco de los anteriores. El Quattrocento (término que en castellano significa cuatrocientos, por los años pertenecientes a su origen en Italia) se sitúa a lo largo de todo el siglo XV y puede considerarse como una primera fase del movimiento conocido como Renacimiento. Borgoña realizó las escenas de La Presentación, el Descenso de Cristo a los infiernos, el Nacimiento y la Anunciación, terminando el conjunto en 1512. En cuanto al Sagrario de alabastro, es una de las obras de Vasco de la Zarza, de varias que realizó para la Catedral de Ávila.

El coro de la Catedral de Ávila es una pieza renacentista que se comienza en el 1536, organizada en dos órdenes de asientos y trabajada en madera de nogal. En los respaldos de la primera fila se desarrollan, en medio relieve, las vidas de algunos santos. Además, se exhiben grutescos de genios y figuras monstruosas, así como la representación de los Apóstoles en el paño central. En el centro, sobre la silla episcopal, una escultura policromada del primer obispo, San Segundo. La rejería que cierra el conjunto fue colocada en el año 1760.

El Trascoro es una pieza renacentista, obra de Juan Rodríguez y Lucas Giraldo. Encargado en 1531, se compone de bajorrelieves con escenas bíblicas, de una gran calidad artística. Se divide en tres calles mediante pilastras o columnas decoradas “a candelieri” (con una ornamentación vegetal en un bajo relieve), y presentando, de izquierda a derecha, los altorrelieves de La presentación en el Templo, La Adoración de los Reyes y La matanza de los Inocentes.

En la Girola de la Catedral de Ávila sobresale el sepulcro del Tostado, del gran maestro escultor Vasco de la Zarza del primer tercio del siglo XVI y obra esencial del renacimiento español. La Girola es la parte más primitiva de la catedral, de mayor importancia arquitectónica y cuyo diseño pertenece al arquitecto Fruchel. Destacan en este espacio los capiteles originales de la primera etapa constructiva, con escenas como Lázaro y El Pecado Original, así como representaciones de animales fantásticos.

La Catedral de Ávila cuenta con veinticuatro capillas repartidas en todo el templo. Para dar una idea, la girola nada más, cuenta con nueve capillas radiales.

Algunas de las capillas que podemos mencionar (ordenas de izquierda a derecha) son: la Capilla de San Antolín, que es la más cercana a la cabecera y en donde se destaca un retablo escultórico del 1551. La Capilla de Santa Teresa se ubica en el crucero de la epístola. En ella se conservan los restos de pintura mural que permanecieron ocultos durante siglos por un retablo. Entre las capillas ubicadas en la Girola, se encuentra la Capilla de San Rafael. Cuenta con un retablo del siglo XVIII y la reja es del siglo XVI.

La Capilla de San Juan Bautista, que exhibe una hermosa portada hispanoflamenca de acceso, se cree es la sacristía románica primitiva. En la Capilla de la Asunción se observa un retablo hispanoflamenco dedicado a San Miguel y se aprecian dos arcosolios (hueco en arco) de enterramiento. La Capilla de Nuestra Señora de la Gracia, se considera el enterramiento más antiguo de la catedral, donde una inscripción indica una sepultura del 1181. También cuenta con un retablo hispanoflamenco de 1496. Esta capilla conserva una vidriera con una Virgen con el Niño, obra del año 1497.

La Capilla de la Piedad se fundó en el siglo XVI, de diseño clásico con cubierta de cúpula ovoide. También encontramos la Capilla de las Cuevas, que fue fundada en 1520 y se ubica en el claustro. Presenta bóvedas góticas y su cubierta cuenta con unos detalles muy hermosos.

Uno de los elementos que llaman la atención en la Catedral de Ávila son sus vitrales o vidrieras. Las de mayor importancia son aquellas que se encuentran en la girola, la capilla mayor, el presbiterio y el crucero, todos del siglo XV y XVI. Solo encontramos un único ejemplo de siglos anteriores, la vidriera central superior de la capilla mayor realizada en el siglo XIV.

En la capilla central de la girola, conocida como la de Nuestra Señora de Gracia, se ubica al centro una de las vidrieras de gran importancia de la Catedral de Ávila, se trata de una representación de La Virgen con el Niño. Esta obra realizada en el año 1497 fue realizada por Juan de Valdivieso y Diego de Santillana quienes emplearon el estilo del arte flamenco con gran maestría.

A partir del 1520 fueron Alberto de Holanda y su hijo Nicolás los que se encargaron de continuar el conjunto. A ellos les corresponde el colegio apostólico del primer nivel de la capilla mayor, así como el cierre de los ventanales del crucero sur con la representación de algunos santos, en los que se observa la influencia del estilo renacentista mediante el tratamiento de la perspectiva, la ornamentación clásica y el mayor volumen de los cuerpos.

Lamentablemente, el terremoto del año 1755 de Lisboa ocasionó daños y destrozos de algunos de los vitrales de la Catedral de Ávila. Esto llevó al tapiado del conjunto especialmente en los vanos de la nave central.

A partir de mediados del siglo XX se inició un proyecto de recuperación de los vitrales, abriéndose los vanos tapiados, y colocando vidrios de tonalidades claras y formas geométricas. Además, se restauraron las vidrieras originales que habían sufrido daños y otras nuevas fueron realizadas.

En 1564 el orfebre Juan de Arfe, firmó un contrato para la realización de la custodia de asiento para la Catedral de Ávila. Finalizada en 1571, esta custodia tiene seis cuerpos, donde se alternan bases hexagonales y circulares. En la base hay treinta relieves con escenas del Génesis. En el segundo cuerpo hay figuras de los Padres de la Iglesia. En el tercer cuerpo se representa la Transfiguración de Jesús. El cuarto cuerpo lo ocupa Dios Padre.

La sacristía principal, que también sirvió de Sala Capitular, es conocida como Capilla de San Bernabé. Data del siglo XIII y se piensa que tuvo accesos directos por el crucero del templo y por el claustro. Su planta es cuadrada y está cubierta con bóveda octogonal. Está decorada por grupos escultóricos en madera esmaltada que representan escenas de la Pasión de Cristo, trabajadas aproximadamente en el 1555. En el fondo hay un retablo extraordinario en alabastro, con las escenas de la Flagelación y el Ecc Homo, además de relieves de los Santos Bernabé, Andrés y Pablo junto a las Virtudes Cardinales.

El claustro comenzó a levantarse en el siglo XIV en estilo gótico y no se terminó hasta principios del XVI, donde se completó con una crestería renacentista de granito. Al caminar por su interior se observa su cubierta de bóvedas de crucería y los ventanales grandes de estilo gótico que abren al patio. Al claustro se abren tres capillas: la Capilla de las Cuevas (1540), la Capilla de la Virgen y la Capilla del Crucifijo (1580).

Las cristaleras que se pueden observar fueron colocadas en el 2004. Adaptaciones que se trabajaron para la Exposición de las Edades del Hombre con el objetivo de aislar el interior de las inclemencias meteorológicas.

 

Las actuales arquerías hacia el jardín son resultado de las restauraciones realizadas en la década de 1980 que eliminaron los tabiques del siglo XVIII.

La Catedral de Ávila fue declarada Monumento Nacional en 1949. Es aquí donde reposan los restos mortales del historiador y penúltimo presidente del gobierno de la II República en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz, y del presidente del Gobierno de España de 1976 a 1981 Adolfo Suárez y su esposa, Amparo Illana.

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Fuentes consultadas:

https://www.avilaturismo.com/eventos-principales/jornadas-medievales
https://eventespana-com4.webnode.es/donde-ir-/avila/avila-romanica/
https://es.wikipedia.org/wiki/Catedral_de_%C3%81vila
https://catedralavila.es/la-catedral/historia-de-la-catedral/