Salimos de Madrid de madrugada a tomar el autobús que nos llevaría a conocer Burgos, la ciudad de España que fue una vez, la capital del Reino de Castilla y León, y una de las ciudades más modernas y elegantes en su época. El trayecto nos tomó menos de tres horas y una vez llegamos a la Estación de Autobuses de Burgos, solo nos tomó cinco minutos cruzar el puente de Santa María y allí estaba su Arco, esperándonos para darnos la bienvenida e iniciar nuestro recorrido de un día.
Arco de Santa María
El Arco de Santa María es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad de Burgos. Se trata de una de las doce puertas de acceso de la muralla de la ciudad en la Edad Media. Además, comunica el puente de Santa María, sobre el río Arlanzón, con la plaza del Rey San Fernando, donde se ubica la catedral. Su origen se remonta al siglo XI, y su aspecto actual se debe a la profunda reforma que tuvo lugar en la primera mitad del siglo XVI.
La puerta fue concebida a manera de gran arco triunfal, organizada a manera de retablo labrado en piedra. En las seis hornacinas principales, se encuentran personajes importantes de la historia de la ciudad y de Castilla. Aunque nosotros no entramos al interior del arco, si se tiene la oportunidad y el tiempo, se debe incluir. Se sube por unas escaleras de época medieval que dan acceso a la sala principal, ocupando dos plantas.
Catedral de Burgos
Atravesando el Arco de Santa María, se llega a la Plaza del Rey San Fernando, un espacio monumental, donde la Catedral de Burgos se presenta majestuosa. Para visitarla, se sube por una gran escalinata y se entra por la Puerta del Sarmental. Esta portada, dedicada al tema de Cristo en Majestad, se construye entre los años 1230 y 1240 aproximadamente y al igual que la Portada de Santa María, es considerado uno de los mejores conjuntos escultóricos del clasicismo gótico del siglo XIII en España.
Del interior de la catedral, lo primero que va a resaltar a la vista son las vidrieras o vitrales, que se combinan tan perfectamente con la piedra blanca de los muros de la Catedral de Burgos. Sus formas geométricas, el resplandor y su colorido llaman inmediatamente la atención.
La Catedral de Burgos cuenta con planta en forma de cruz latina, formando tres naves, siendo la central más ancha. Las naves laterales se fusionan en la cabecera por medio de una girola con unos relieves magníficos. Cuenta con dieciocho capillas que se han añadido en diferentes etapas constructivas. El cimborrio es deslumbrante y es uno de los elementos arquitectónicos que le dan una belleza especial a este templo. ¡No se lo pueden perder!
Iglesia San Nicolás de Bari
Otra iglesia que visitamos fue la de San Nicolás de Bari, ubicada junto a la catedral. Desde que la Iglesia de San Esteban fue convertida en el Museo del Retablo, es la sede de la parroquia de San Esteban. Se cree que es una de las más antiguas de la ciudad, ya que fue incluida entre las once iglesias burgalesas citadas por el papa Alejandro III en una bula del año 1163. Se levantó sobre otro templo románico del cual no queda nada. Fue declarada Monumento Nacional en 1917.
Preside la Iglesia de San Nicolás de Bari, uno de los retablos más impresionantes y monumentales. Realizado en el siglo XV, de estilo gótico, aunque en la escultura se denota el estilo renacentista. Para su ejecución se utilizó la misma piedra empleada en la construcción de la Catedral de Burgos, la piedra caliza de Hontoria de la Cantera. El retablo sigue una costumbre muy arraigada en Burgos, en donde mercaderes ricos, imitando a las familias nobles, patrocinaban enterramientos muy lujosos. Aunque está concebido como retablo-sepulcro, la parte sepulcral pasa desapercibida al formar un conjunto tan armónico donde los detalles del retablo resaltan tan magníficamente.
Iglesia de San Esteban
El Arzobispado de Burgos trasladó el culto de la parroquia a la iglesia de San Nicolás de Bari, para instalar en la Iglesia de San Esteban el Museo del Retablo, donde se exhiben retablos renacentistas y barrocos procedentes de diferentes localidades de la diócesis, aunque varias de las piezas expuestas pertenecen a la propia iglesia, empezando por su retablo mayor. La colección de retablos abarca los siglos XVI, XVII y XVIII. Aunque a la hora que pasamos por la Iglesia de San Esteban no se encontraba abierta para disfrutar del Museo del Retablo, ya lo tenemos en lista para una visita futura a Burgos.
La Iglesia de San Esteban se construyó entre finales del siglo XIII y principios del XIV, de estilo gótico. Fue declarada Monumento Nacional en 1931. La iglesia presenta planta basilical de tres naves de cuatro tramos, la principal más alta que las laterales.
Castillo de Burgos
Pasando por la Iglesia de San Esteban llegamos a las escalinatas que nos llevarían al Castillo de Burgos. Fue una subida extensa al cerro del Castillo, lo que confirma la ubicación privilegiada del Castillo de Burgos, dominando visualmente el valle del río Arlanzón.
Por su importancia histórica innegable, el Castillo de Burgos fue declarado Bien de Interés Cultural en 1949. Ha servido desde alcázar y residencia real, hasta prisión, y lugar de alojamiento para huéspedes importantes. La fundación del castillo se remonta al año 884 y durante el siglo XVI se asentó en este recinto, la primera escuela de formación para artilleros que ha habido en España. Además, en el Castillo de Burgos se encuentra el Pozo, una obra de ingeniería medieval que en su época suministró agua a los moradores del castillo. En caso de asedio, el Pozo, servía de cisterna para asegurar la supervivencia.
Y aunque el Castillo de Burgos sufrió una gran destrucción a lo largo del tiempo, no fue hasta su restauración en el 2003, que se habilitó como Centro de Interpretación y se convirtió en patrimonio Cultural-Histórico de España. Las mejores vistas panorámicas de Burgos, puedes disfrutarlas desde el Mirador del Castillo, son increíbles.
Plaza Mayor
A la Plaza Mayor de Burgos, se le conocía antiguamente como Plaza del Mercado Menor. Hoy, es el centro de la vida social de la ciudad de Burgos, situada en el corazón de su casco histórico y aledaña al Paseo del Espolón. Sus orígenes se remontan a la Edad Media, donde se celebraban los mercados semanales, de ahí el nombre de Plaza del Mercado Menor.
A lo largo de su historia también ha sido conocida como Plaza Real, Plaza de la Constitución o Plaza de la República. La forma de la plaza es irregular, con el edificio del Ayuntamiento de Burgos presidiendo el conjunto y rodeado por edificios coloridos de viviendas. En el centro de la Plaza Mayor hay una estatua de Carlos III, donada en 1784 por Antonio Tomé, cónsul de Burgos por aquella época.
Casa Consistorial
La Casa Consistorial fue erigida en el siglo XVIII, siguiendo un estilo neoclásico. Su inauguración se llevó a cabo en 1791, trasladando inmediatamente aquí las oficinas gubernamentales ubicadas anteriormente en el Arco de Santa María. La planta baja permanece abierta mediante un pórtico amplio, permitiendo el acceso desde el Paseo del Espolón.
Casa del Cordón
Llegamos a la Casa del Cordón, donde en tiempos pasados se recibió la visita de reyes y fue escenario de acontecimientos importantes en los ámbitos políticos y sociales. Por ejemplo, en su fachada principal una inscripción recuerda el recibimiento de los Reyes Católicos a Cristóbal Colón después de su regreso del segundo viaje a América, el 23 de abril de 1497.
En la fachada principal, se puede observar representaciones de los escudos heráldicos del matrimonio propietario del palacio. Estos escudos están unidos por un cordón franciscano de piedra, que es el elemento que le da el nombre al edificio. Además, cuando se representaba un cordón o cadenas colgadas en la puerta de una casa, se indicaba que en ella había dormido un rey. La inscripción que se encuentra en la fachada da fe de ello.
Cid Campeador
Uno de los monumentos, símbolo de la ciudad de Burgos es la del Cid Campeador. El Monumento al Cid Campeador es una estatua ecuestre, ubicada en la plaza del mismo nombre, que representa a Rodrigo Díaz de Vivar, un líder militar castellano que llegó a dominar la llamada Reconquista de la Península Ibérica a finales del siglo XI.
Es obra del escultor Juan Cristóbal González Quesada, trabajada en bronce e inaugurada en 1955. En esta obra escultórica observamos al Cid Campeador con su espada, la Tizona, su capa al viento y su larga barba sobre su caballo Babieca. Ofrece una imagen dinámica y arrogante del héroe en dirección al destierro. Este es uno de los siete monumentos dedicados al Cid a lo largo del mundo, junto a los ubicados en Nueva York, San Francisco, San Diego, Buenos Aires, Valencia y Sevilla.
Puente de San Pablo
Conectando la Plaza del Mío Cid con la Plaza del Conde de Castro, encontramos el puente de San Pablo. Se construye sobre el río Arlanzón, siendo uno de los doce puentes con que cuenta la ciudad de Burgos. Las primeras noticias que se tienen sobre el puente de San Pablo se tienen datan de 1230, relacionadas con la celebración de un mercado en la ciudad. El gran tránsito de gente y mercancías hizo necesaria su construcción para conectar las dos riberas del río, dando acceso al mercado y descongestionando el único puente que hasta entonces conectaba con el centro de la urbe, el Puente de Santa María.
Las esculturas ubicadas en el puente de San Pablo fueron proyectadas por el arquitecto Fernando Chueca Goitia, representando los personajes más importantes relacionados con el Cid. Los trabajos se desarrollaron en 1954 y las esculturas, denominadas Ciclo cidiano, fueron realizadas por Joaquín Lucarini.
Paseo del Espolón
Entre el Arco de Santa María y el Teatro Principal, se extiende a orillas del río Arlanzón, el Paseo del Espolón. Se trata de un paseo ajardinado considerado el salón de la ciudad desde el siglo XVIII, rodeado por algunos edificios importantes. En medio del paseo se ubican cuatro estatuas de reyes, formando un cuadro frente a las Casas Consistoriales. Fueron donadas por el rey Carlos III y enviadas desde el Palacio Real de Madrid.
Ya despidiéndonos de Burgos, en el Paseo del Espolón, encontramos la escultura de la Vendedora de Castañas, una de las más fotografiadas junto a la del Cid. Es de bronce, realizada en el 2007 por el escultor burgalés Bruno Cuevas, quien le hace un homenaje a este oficio.