La iglesia de la que les vamos a compartir un poco de su historia, ya le habíamos echado el ojo en una visita anterior a Madrid. No estaba abierta en esa ocasión, por lo que la colocamos en el listado de lugares a visitar en nuestra próxima vuelta. Esta vez, se dio la oportunidad de entrar y quedamos encantados con su arquitectura que proyecta mucha elegancia.
Fue cruzando la zona de Chueca que llegamos a la Iglesia de Santa Bárbara, la parroquia principal del barrio de las Salesas. (CONFIRMAR LA LOCALIZACIÓN) Originalmente, perteneció al Convento de las Salesas Reales, ya desaparecido y convertido desde 1870 en Palacio de Justicia, sede del Tribunal Supremo. La iglesia continuó abierta al culto para constituirse en 1891, como parroquia bajo la advocación de Santa Bárbara. La iglesia cuenta con el estatus de Bien de Interés Cultural.
La iglesia de Santa Bárbara debe su nombre a la esposa del Rey Fernando VI, la reina Bárbara de Braganza. La reina fundó el convento de las Salesas Reales en el año 1748, con el fin de que las jóvenes de la nobleza fueran educadas en este y que eventualmente sirviera como su lugar de retiro, una vez llegase el momento de la muerte del rey. Para su desdicha, a ella le tocó morir antes que su esposo, y no pudo disfrutar de ese retiro en el convento.
Este templo fue diseñado por el francés Carlier y luego modificado y desarrollado por el aparejador Francisco Moradillo. Este se hizo cargo de la dirección de la obra, a quien se debe todo el segundo cuerpo, con las torres y la cúpula con su tambor. Se construyó en apenas 7 años, inaugurándose en 1758.
Al llegar al punto de entrada de la Iglesia de Santa Bárbara, nos recibe una gran escalinata, que, junto a su elegante fachada, crean un conjunto majestuoso. La estructura se construyó en ladrillo y mampostería y su fachada principal, que es monumental, forma un triple pórtico rematado por frontón entre dos torres cuadrangulares de un solo cuerpo.
La fachada aparece ornamentada con relieves del escultor italiano Juan Domingo Olivieri, y obra de Alfonso Giraldo Bergaz, son las estatuas de los nichos de San Francisco de Sales y Santa Juana Francisca. A Olivieri pertenece también el grupo de la Sagrada Familia, originalmente en la portada del convento y trasladada al lienzo de muro que forma ángulo con la fachada de la iglesia en el atrio.
La planta de la Iglesia de Santa Bárbara es de una sola nave con forma de cruz latina. Tiene capillas del tipo “hornacina” a los lados, cubierta con bóvedas de cañón con lunetos (las aperturas mayormente redondas que se observan a lo alto) en la nave y brazos del crucero y con cúpula sobre pechinas (la pieza triangular debajo de una cúpula que permite que la cúpula se eleve por encima del piso), tambor y linterna sobre el crucero. En su ejecución Moradillo simplificó muchas de las curvas y líneas quebradas con que había sido proyectada, suavizando el efecto rococó.
El interior de la iglesia se considera uno de los más suntuosos del barroco madrileño y su decoración es obra de escultores italianos. De estilo rococó, combinando elementos clásicos y barrocos, se destaca el decorado con bronces, mármoles y piedras multicolores. Las pinturas al fresco que cubren las bóvedas son de los hermanos Velázquez. En ellas se representan escenas de la vida de san Francisco de Sales en la nave, y de los santos patronos de los fundadores en los brazos del crucero: San Fernando ante la Virgen y Santa Bárbara ante el Redentor.
En el presbiterio, o área del Altar Mayor, se destaca el retablo mayor, donde se emplean mármoles de colores, y una mesa de altar también de mármol con incrustaciones de lapislázuli. En el centro del retablo se observa un óleo de La Visitación, obra del pintor napolitano Francesco de Mura, coronado por el escudo de armas reales. En los laterales, dos esculturas de Santa Bárbara y San Francisco de Sales de tamaño algo mayor del natural son obra de Juan Domingo Olivieri, como el relieve del ático, con la Oración de san Francisco de Sales, y las esculturas de la Caridad y la Religión, todas ellas en mármol blanco. En la bóveda, una pintura de los hermanos González Velázquez representa la Coronación de la Virgen.
Una de las piezas más llamativas de la Iglesia de Santa Bárbara es su púlpito. Se trata de una pieza barroca adornada con ángeles e incensarios, de gran belleza.
Es en esta iglesia que se conservan los monumentos funerarios del rey Fernando VI y la reina Bárbara de Braganza, quienes fueron sepultados allí según sus deseos. Son de los pocos reyes de España que han sido sepultados fuera de El Escorial. La tumba se realizó según el modelo del arquitecto Francisco Sabatini. Además, es el mausoleo de Leopoldo O’Donnell, tres veces presidente del Consejo de Ministros de España en el siglo XIX.
El coro alto, situado a los pies de la nave tiene una barandilla tallada en mármol blanco con dibujos calados por completo. En este coro se encuentra un órgano construido en Nápoles por Fray José de Monticelli por encargo de Farinelli, consejero de Hacienda de su Majestad. El mueble con adornos dorados y coronado con las armas reales fue realizado en Madrid. Actualmente se encuentra fuera de servicio y en espera de restaurarse.
A ambos lados del Altar Mayor de la Iglesia de Santa Bárbara de Madrid, se encuentran dos puertas, la de la izquierda, de caoba con adornos dorados, da acceso a la sacristía. Sobre esta se encuentra una tribuna dorada y cerrada con cristales que en su cenit luce el escudo real y que se comunicaba con las habitaciones del palacio. Frente a esta puerta está la del coro bajo, hoy capilla reservada, que en su principio era una amplia reja que desapareció, colocando en parte del hueco una doble puerta de cuarterones, sobre ella un medallón con el Niño Jesús y dos pebeteros a los lados.
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Fuentes consultadas:
https://www.esmadrid.com/informacion-turistica/iglesia-santa-barbara
https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_de_las_Salesas_Reales_(Madrid
https://www.rutasconhistoria.es/loc/iglesia-de-santa-barbara
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