Ávila, En un Día, España, Paises

Ávila, España: Nuestro recorrido de un día

La ciudad española de Ávila es conocida porque conserva su muralla medieval completa. De hecho, el nombre “Ávila”, es un acrónimo ibérico que en español significa “amurallada”, o ‘’en un promontorio”. Para nosotros, esa era razón suficiente para llegar hasta allí y poder observar el recinto amurallado en vivo y a todo color.

Nos tomó cerca de hora y media para llegar hasta Ávila desde la Estación del tren de Príncipe Pío de Madrid.

Llegamos a Ávila desconociendo que se encontraban en plena celebración de sus Jornadas Medievales. Fue cuando nos enteramos de que el primer fin de semana de septiembre, las calles de Ávila regresan a la época medieval, convirtiéndose este en su evento más importante.

Se conoce también este festival como el “Mercado de las Tres Culturas”. Por allí observamos paseando por sus calles a moros, cristianos y judíos, juglares, mercaderes, alguaciles y plateros, entre otros personajes. Y no necesariamente, las personas que te encuentras son de Ávila, sino que llegan con sus atuendos medievales de otras ciudades de España. Es por ello por lo que la ciudad se prepara durante esos días para recibir a miles de visitantes que disfrutan de desfiles, torneos, espectáculos, gastronomía, música y diversión.

Ávila es la capital de provincia más alta de España, a 1,132 metros (más de 3,700 pies) sobre el nivel del mar. Pertenece a la comunidad autónoma de Castilla y León y se encuentra situada junto al curso del río Adaja. Tras la fundación romana, más tarde la ciudad pasaría al poder visigodo. Al igual que la mayor parte del territorio peninsular, Ávila cayó bajo dominio musulmán a comienzos del siglo VIII, y no sería reconquistada de forma definitiva por las tropas cristianas hasta el siglo XI. Experimentó un auge notable durante el siglo XVI, para más tarde sufrir una crisis prolongada que duró hasta el siglo XIX. Fue la construcción del ferrocarril lo que consiguió darle cierto empuje al desarrollo económico de la ciudad.

Sin duda alguna, lo que distingue a Ávila es su muralla medieval completa y conservada en muy buenas condiciones. No podemos dejar atrás otras construcciones representativas como la Catedral del Salvador, cuyo cimorro se construyó integrado a la muralla y la basílica de San Vicente. Ávila ha sido considerada tradicionalmente como “ciudad de cantos y de santos” y su casco histórico medieval, en un estado de conservación excelente, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985.

Nuestro recorrido en Ávila comenzó pasando por la Plaza de Santa Ana y el Convento de San Jose por la calle de San Juan de la Cruz para encontrarnos la Iglesia de San Pedro Apóstol, que preside la Plaza del Mercado Grande en la Plaza de Santa Teresa. Fue declarada Monumento Nacional en 1914. Esta iglesia tuvo gran importancia en la época de esplendor política de la ciudad, ya que en su atrio los monarcas juraron respetar las leyes y derechos de Castilla. La fachada principal se compone de dos cuerpos: el superior, donde domina un gran rosetón, y el inferior, que alberga una portada en la que el vano de entrada es magnificado por seis arquivoltas sin decoración. Similar, pero de menores dimensiones, es la portada meridional. El acceso norte es el más elaborado, moldurado con cinco arquivoltas, dos ornamentadas con las típicas rosetas de Ávila.

Tiene planta de cruz latina, con nave central de mayores dimensiones que las laterales. Iniciada en el segundo cuarto del Siglo XII y concluida ya en el Siglo XIII, tras un periodo en el que las obras estuvieron paralizadas. Su torre fue levantada sobre el punto en el que se cruza la nave principal y el crucero.

Puerta del Alcázar

La puerta del Alcázar, también llamada puerta del Mercado Grande, es una de las nueve puertas de las murallas de Ávila, situándose en la plaza de Santa Teresa al lado opuesto a la iglesia de San Pedro. Su estilo románico es el elemento arquitectónico que más resalta de la muralla.

Cuenta con dos torreones de más de 20 metros de altura que unidos por un puente de arco de medio punto. Este tipo de estructura es un caso único de arquitectura militar en toda Europa, en cuanto a las murallas respecta. Esta construcción tenía el fin de sorprender desde su posición elevada a los atacantes por la retaguardia. En el siglo XVI se hicieron reconstrucciones parciales de la puerta del Alcázar. Tras la restauración de 1907 se le incorporarán las almenas.

Catedral de Ávila

La Catedral de Ávila fue declarada Monumento Nacional en 1949. Es aquí donde reposan los restos mortales del historiador y penúltimo presidente del gobierno de la II República en el exilio, Claudio Sánchez-Albornoz, y del presidente del Gobierno de España de 1976 a 1981 Adolfo Suárez y su esposa, Amparo Illana.

Fue proyectada la Catedral de Ávila como templo y fortaleza, siendo su ábside, conocido como “cimorro” uno de los cubos de la muralla de la ciudad. Esta cabecera se incrusta directamente en la muralla, como un torreón más de la misma, integrándose al conjunto.

La Catedral de Ávila cuenta con veinticuatro capillas repartidas en todo el templo. Para dar una idea, la girola nada más, cuenta con nueve capillas radiales. Uno de los elementos que llaman la atención en la Catedral de Ávila son sus vitrales o vidrieras, son muy hermosas. Las de mayor importancia son aquellas que se encuentran en la girola, la capilla mayor, el presbiterio y el crucero, todos del siglo XV y XVI. Una pieza que no se deben perder es la Custodia de Arfe, es una maravilla. El orfebre Juan de Arfe, firmó un contrato en 1564, para la realización de la custodia de asiento para la Catedral de Ávila. Finalizada en 1571, esta custodia tiene seis cuerpos, donde se alternan bases hexagonales y circulares. El material que domina en la Catedral de Ávila es el granito “caleño” sangrante, esto por la riqueza en matices rojos y blancos.

Las Murrallas

Una buena parte de nuestro recorrido se concentró mayormente en subir a las murallas y recorrer cerca de 3/4 partes de éstas. Las vistas de Ávila tanto intramuros, como extramuros, son extraordinarias y bien valen la pena las subidas y bajadas de escaleras.

La muralla, además de ser una cerca militar románica que rodea el casco antiguo de la ciudad española de Ávila, juega un papel muy importante en la formación urbana de la ciudad. En términos de la distribución del espacio entre los diversos grupos sociales que han habitado Ávila, la muralla representó la separación entre el “espacio salvaje” y el “civilizado”.

Las murallas de Ávila tienen dos kilómetros y medio de perímetro, donde los desniveles del terreno fueron aprovechados en su trazado. Cuenta con 88 torreones o cubos, 2500 almenas, Nueve puertas, Tres poternas, o puertas secundarias y una extensión de 33 hectáreas. Conforma un rectángulo orientado de este a oeste. Sus muros tienen 3 metros de grosor y 12 de altura.

Puerta del Carmen

La Puerta del Carmen es una de las puertas de la Muralla de Ávila más emblemáticas y sin duda más buscadas por los visitantes de Ávila. Aunque, realmente lo que queda es una espadaña de ladrillo.

La Puerta del Carmen recibe su nombre porque allí se adosaba un convento carmelita, después Cárcel Provincial. Sobre sus restos se ha levantado en la actualidad el Archivo Histórico Provincial. En la construcción de la puerta se empleó una técnica muy utilizada en la arquitectura militar musulmana, en donde para acceder desde el exterior, se debe efectuar un viraje, impidiendo que se pueda encauzar de una forma recta.

Puerta de la Adaja

La Puerta del Puente o Puerta de la Adaja, fue abierta en el lienzo occidental de la muralla en los orígenes de la muralla, aunque reformada en los siglos XV y XVII. La actividad en torno a esta puerta se conocía como zona de trabajo de los judíos y los moriscos, desempeñando oficios como el de tintorero o molinero.


La ciudad romana de Ávila precisaba de un puente para cruzar el río Adaja. Del puente romano primitivo, solo quedan los estribos ocultos en los bordes. El puente que se ve es del siglo XII, momento de esplendor de la ciudad. Tiene en la actualidad tres arcos apoyados en pilas con sillares reutilizados de la necrópolis romana. Los tajamares – es la parte que se agrega a las pilas de los puentes, aguas arriba y aguas abajo, en forma curva o angular, de manera que pueda cortar el agua de la corriente y repartirla con igualdad por ambos lados de aquellas – corresponden a esa época.

Basílica de San Vicente

La Basílica de San Vicente fue declarada Monumento Nacional en el año 1882 y Patrimonio de la Humanidad en el 1985, como elemento individual integrante del conjunto Ciudad vieja de Ávila e iglesias extramuros.

La Basílica de los Santos Hermanos Mártires, Vicente, Sabina y Cristeta, conocida popularmente como la Basílica de San Vicente, es el templo de mayor tamaño e importancia en Ávila después de la catedral del Salvador y una de las obras más destacadas del estilo románico de España. A pesar de las reformas que ha sufrido la Basílica de San Vicente con el paso del tiempo, los arquitectos que han intervenido, lo han hecho respetando las formas originales del templo.

Al igual que en la Catedral, el material utilizado para la construcción de la Basílica de San Vicente de Ávila es la “piedra caleña”, una arenisca de tonos amarillentos y anaranjados con vetas incluso rojizas por su contenido en óxidos de hierro.

El elemento más destacado del interior de la Basílica de San Vicente es sin duda el Cenotafio de los santos titulares, Vicente, Sabina y Cristeta. De piedra policromada, es una de las obras más sobresalientes de la escultura románica en España, encontrándose además en un estado de conservación magnífico.

Aunque no tuvimos tiempo para visitar el Mirador de los Cuatro Postes, ni la Iglesia Santa Teresa de Jesús, tampoco el Mercado Chico, son puntos que pueden incluir en una visita de un día a Ávila. Como decimos, siempre hay que dejar algo para regresar y ya, estos lugares están en lista para nuestra próxima visita a la gran ciudad amurallada de Ávila.

Una lección aprendimos de esta visita a Ávila, siempre es bueno conocer de antemano si se está celebrando algún festival importante en la época que se va a visitar una ciudad. Así, se va mejor preparado y se asigna más tiempo para disfrutar la ciudad, los mercados y las presentaciones que se ofrecen. Y quién sabe, a lo mejor puede uno llegar vestido de la época y hasta quedarse unos días.