Los sábados usualmente son días de mucha actividad y para nosotros aún más, estábamos en Madrid. Y aunque la vida en Madrid comienza a las 10:00h, nosotros no teníamos tiempo que perder y desde muy temprano nos lanzamos a la conquista.
Al llegar a la Plaza de Armería, nos colocamos en la cola, que ya se formaba, para entrar al Palacio Real. Mientras, al otro lado de la plaza, observamos la Catedral de Santa María la Real de la Almudena. Con boletos comprados de antemano, entramos al gran Palacio Real de Madrid.
Paseamos por su gran plaza, llegando hasta un extremo donde disfrutamos de una vista muy bella de los jardines y de la ciudad. Retomando la visita, nos encaminamos hacia la entrada del Palacio Real donde encontramos un elemento que conocemos muy bien en Puerto Rico, las garitas.
Una vez dentro del recinto, disfrutamos de inmediato de los frescos de Corrado Giaquinto que adorna el lugar, en particular su cúpula. Visitamos la segunda planta, donde no se permite la toma de fotos. Cada rincón del Palacio es hermoso e impresionante. Los Salones de Alabarderos, de Columnas, la Cámara de Gasparini, el Salón de los Espejos, Salón del Trono, la Sala de la Corona y tantos otros. Apreciar las diferentes esculturas, muebles, pinturas, los Stradivarius Palatinos, las porcelanas, tapices y la lista de las bellezas encontradas no tiene fin.
El Palacio Real está abierto a visitas a partir de las 10:00 todos los días. En el verano cierra a las 20:00h, mientras que durante el invierno cierra a las 18:00h. La tarifa de entrada general es de 10,00 euros. Dos horas es más que suficiente para disfrutar plácidamente de este monumento.
Continuamos descubriendo a Madrid, paseando por las diferentes plazas, por la casa de Opera y continuamos hacia la Plaza de Calao para pasear por la Gran Vía. Buscamos afanosamente los lugares de filmación de “Velvet” y “Las Chicas del Cable” hasta que después de unas cuantas vueltas, finalmente hallamos el edificio. En muchos aspectos, la Gran Vía nos recordó un poco la avenida Broadway de Nueva York con sus teatros y su gran gentío.
La gran ventaja de planificarnos nuestro viaje, es que los itinerarios siempre son flexibles. Por eso, al recomendarnos nuestra amiga Alejandra que visitáramos el gran Festival de Tapas de Lavapiés, no lo pensamos dos veces. Visitamos un lugar conocido como “Encuentros”, negocio de otro puertorriqueño, Geraldo Portela. Muy deliciosas sus tapas al estilo Boricua y las cañitas bien frías. Disfrutamos de una gran batucada que paseaba por las calles. ¡Un Madrid muy excitante!
Ya de regreso, recordamos que por las redes leímos que el Museo Thyssen-Bornemisza tenía una exhibición buenísima de obras de Picasso y Lautrec. Así que lo incorporamos a nuestro itinerario de inmediato y disfrutamos de una gran exhibición.
Al atardecer, tomamos rumbo al hostal, tapeamos nuevamente para hacernos parte del gentío en la Plaza del Sol.
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