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Museo del Greco – Toledo

Al observar el edificio que alberga el Museo del Greco, se nos hace difícil relacionar la arquitectura tan moderna de la estructura que nos da la bienvenida, con la obra del pintor Doménikos Theotokópoulos, nacido en Creta en el 1541, mejor conocido como el Greco. Aunque no era español, la mayor parte de su obra pictórica la realizó en Toledo, España. Murió en 1614, a los 72 años, en esa ciudad.

El Museo de Greco, se inauguró en 1911 para reunir obras del artista cretense, siendo el único de España dedicado a la figura del pintor. La finalidad de esta institución es transmitir la importancia artística de la figura del Greco, así como la influencia de su obra y personalidad en el Toledo de comienzos del siglo XVII. Las tres pinturas del Greco que se muestran de izquierda a derecha son: Crucifixión, hacia 1575-1577 y San Mateo y Santiago el Mayor (Zebedeo), ambos fechados hacia 1608-1614.

A principios del siglo XX, cuando comenzó una revaluación de la obra del Greco, el marqués de la Vega Inclán, compró en la judería de Toledo una casa en ruinas del siglo XIV, creyendo equivocadamente que era lo que quedaba de la vivienda del pintor. Nuestro recorrido comienza visitando unas cuevas, que son parte del solar que adquirió el marqués de la Vega Inclán para completar su proyecto de construcción de la Casa del Greco, la creación de un museo y un jardín.

Desde el punto de vista histórico, estos restos son los únicos conservados del palacio que Samuel Leví, tesorero de Pedro I, construyó a mediados del siglo XIV en la judería. Las galerías abovedadas distribuidas en dos plantas constituyeron el sótano y semisótano del palacio. Aquí se instalaron una serie de almacenes y un importante baño ritual con sus correspondientes aljibes.

La intención del marqués de la Vega Inclán fue rehabilitar la casa en ruinas y recrear sus ambientes domésticos para mostrarla como la verdadera Casa del Greco, donde se rememora su vida y personalidad.

Este modo de exponer fue pionero en España y el éxito logrado por la recreación ideal de algunos ambientes o espacios, como la cocina y el estudio del Greco, generó visitas numerosas de personajes ilustres, además de que otros museos imitaron esta forma de presentación. De ahí parte lo que se conoce como “estilo español” en la decoración de interiores.

Una de las pinturas más íntimas que muestra a la familia del Greco, es esta, pintada por su hijo Jorge Manuel. Este retrato sugiere que la escena tuvo lugar en un espacio exclusivamente femenino ubicado en la zona más íntima de la casa. La imagen muestra la dama, junto con las mujeres de su entorno, mientras realizaban sus labores. Aunque, más allá de un retrato familiar, la pintura nos muestra ciertos detalles que representan a la imagen de la casada perfecta, tal y como se manifestaba en aquella época.

A través de las distintas salas del Museo del Greco, se reafirma lo que muchos investigadores consideran sobre el estilo del Greco, tras haber sido olvidado luego de su muerte y re descubierto en el siglo XX. El Greco pintó de acuerdo a los postulados teóricos, en donde la belleza natural se mostraba alargando las formas y las figuras humanas se mostraban dinámicas. Estas características de su pintura la muestra a través de seres divinos que prácticamente se desvanecen y una iluminación que parece sobrenatural.

Una de las obras del Greco que adquiere una importancia muy grande, por no contar en España hasta ese momento con una representación de tal índole, es “Vista y plano de Toledo”. Se trata de un óleo sobre lienzo que fue pintado por el Greco entre 1610 y 1614. Con esta obra, el artista contribuye a dar a conocer la imagen nueva de la ciudad de Toledo, mostrando el Hospital Tavera, la Catedral Primada y el Monasterio San Juan de los Reyes.

En la iniciativa de crear este museo se reivindicaba la importancia artística del Greco y se intentaba reunir cuantas obras suyas fuese posible. Hasta entonces, muchas habían resultado destruidas o dañadas por el poco aprecio que recibían, y otras empezaban a exportarse por la demanda de museos y coleccionistas extranjeros.

La obra San Bernardino de Siena, del 1603, es uno de los ejemplos más significativos de la producción final del Greco. Se caracteriza por un mayor alargamiento de las figuras y por una línea muy baja del horizonte. Los colores usados en la obra, fueron aplicados con gran precisión sobre la capa de preparación rojiza. San Bernardino de Siena (1380-1444) fue miembro destacado de la orden franciscana y un gran predicador.

El museo también cuenta con una buena cantidad de obras de Luis Tristán, considerado el mejor discípulo del Greco que asimiló su estilo, aunque, en su pintura se aprecian influencias de otros artistas que conoció en Toledo, Madrid y sobre todo, en Roma. Desarrolló en Toledo una pintura de temática religiosa siguiendo las composiciones del Greco y la estilización alargada de las figuras. Su actividad artística apenas duró diez años, lo que explica la uniformidad de su estilo.


Y llegamos a los hermosos jardines del Museo del Greco, creados como un lugar de inspiración, descanso y meditación. Es casi como un lugar de retiro, para alejarse del bullicio y el ajetreo diario.

El Museo del Greco permanece cerrado todos los lunes. Además los días siguientes: 1 y 6 de enero, 1 de mayo, 24, 25 y 31 de diciembre y festivos locales. Los Horarios de visita son los siguientes:

1 de marzo a 31 de octubre: 9:30 a 19:30 horas de martes a sábados
1 de noviembre a 28 de febrero: 9:30 a 18 horas de martes a sábados
Domingos y festivos todo el año: 10:00 a 15:00 horas

 

 


Fuentes consultadas:

https://www.culturaydeporte.gob.es/mgreco/museo/mision.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Greco
http://www.turismocastillalamancha.es/patrimonio/museo-de-el-greco-2361/descripcion/