La ciudad de Santiago de Compostela en Galicia, España, está repleta de edificios religiosos de gran importancia, primordialmente por ser uno de los centros de peregrinación más importante para la fe católica. Es el Monasterio de San Martin Pinario, el monasterio más grande de toda Galicia. Sin embargo, su origen es mucho mas humilde.
Su origen se remonta a un pequeño oratorio dedicado a la devoción a Santa Maria de la Corticela. En el Siglo IX se derribó la estructura, sobreviviendo solo su capilla, la cual hoy es parte integral de la Catedral de Santiago de Compostela. Los monjes benedictos se mudaron a la estructura que más tarde se convertiría en el gran monasterio que vemos hoy.
Frente a la Plaza de la Inmaculada y la fachada de la Azabacheria de la gran Catedral, se levanta esta obra arquitectónica del renacimiento gallego donde observamos elementos renacentistas, barrocos y neoclásicos. El Monasterio es un conjunto de edificios que se compone de dos claustros en el interior, uno de ellos con una plaza y el más pequeño con un patio y la Iglesia de San Martiño.
Al igual que en tiempos pasados, artesanos se congregan delante de la escalinata del Monasterio de San Martin Pinario que conduce hacia su entrada. La estructura cuenta con cuatro pisos y su fachada se divide en tres partes. Las torres de cinco niveles rompen la monotonía de la fachada que es una muy sobria y sencilla. El pórtico de entrada cuenta con columnas dóricas.
La iglesia se encuentra a la parte posterior del claustro mayor y su frente abre hacia la Plaza de San Martiño, encontrándose con las Ruas da Fonte de San Miguel y da Porta da Pena. La construcción de la iglesia tuvo la intervención de varios arquitectos y artistas que incluyen al portugués Mateo López; el granadino Bartolomé Fernández Lechuga; el salmantino Peña y Toro; y los frailes Tomás Alonso y Gabriel Casas. La fachada de entrada a la Iglesia simula un retablo con imágenes de la Virgen y varios santos. En el frontón que corona la portada se encuentra San Martiño.
Para lograr entrar a la Iglesia, que se encuentra a desnivel, se construyó una escalera inspirada sobre la escalera de la entrada por el Obradoiro de la Catedral. El interior se compone de una planta de cruz latina con tres naves y bóveda en cañón. El retablo mayor al estilo barroco es diseño de Fernando de Casas y Novoa y obra de Romay.
El complejo tiene su área de Museo con unas colecciones muy interesantes. Definitivamente, se debe incluir una visita a este museo.