Resulta sorprendente observar la convivencia, si así lo podemos decir, de dos culturas totalmente diferentes, en una sola estructura. Es un claro ejemplo de que independientemente de las creencias religiosas y culturales, pudo más la admiración y el respeto que la Mezquita mayor de Córdoba, representó en ese momento para el Cabildo. Gracias a eso, hoy todos podemos admirar y disfrutar de esa maravilla y de la arquitectura islámica antigua, a pesar de los cambios y añadidos que ha sufrido a través del tiempo.
Lo que resulta excepcional es la coexistencia de una mezquita y una catedral, ésta inserta en aquella. Pese al inicial rechazo que pueda producir este hecho no hay mas remedio que reconocer el profundo respeto que hacia la arquitectura califal de la mezquita mayor de Córdoba tuvo en Cabildo que acordó ajustar la catedral al templo islámico.
En 1523 con el apoyo de Carlos el emperador, se realizó la mayor alteración con la realización de una Basílica cruciforme renacentista, de estilo plateresco en el centro del edificio musulmán. Las obras tardaron 234 años en realizarse. Hoy todo el conjunto constituye el monumento más importante de Córdoba y también de la arquitectura andalusí junto a con la Alhambra, a la vez el más importante de la cultura musulmán en occidente.