Antes de visitar recientemente la ciudad de Toledo en España, algunos de los miembros del grupo Leyendas de Toledo, nos sugirieron caminar hasta el Paseo de La Vega para saborear lo que ellos consideran los mejores churros de Toledo. Así terminamos a media mañana, en la Churrería Kiosko Catalino, ubicada dentro del área del parque frente a la calle Cardenal Tavera y desde donde disfrutamos una vista espectacular de la Puerta de Bisagra.
No hay mejor acompañante para un churro, que una buena taza de chocolate caliente, como se hace en la zona ibérica. Saborear esa masa delgada y larga, frita, envuelta y enrollada generalmente en canela, sumergida en un delicioso chocolate caliente es una experiencia gloriosa. Nosotros, como buenos cafeteros, lo probamos de ambas formas, con café y con chocolate.
En nuestros viajes por España y Portugal, hemos comido churros, pero nuestros amigos de Toledo tenían razón, los churros de Catalino son excelentes.
Ya con nuestros antojos cumplidos, la barriga llena y el corazón contento, decidimos caminar por el Paseo de «La Vega». Conociendo un poco de la historia de este paseo, encontramos que es también conocido como el Paseo de Merchán. Este parque que se encuentra fuera de los muros de Toledo, entre la Puerta de Bisagra y el Hospital San Juan Bautista, fue construido en 1868 y se expandió poco después de la Guerra Civil española a su tamaño actual.
El parque ha sido remodelado varias veces, el más reciente en 1989 por el arquitecto Juan Cano Lasso. Originalmente fue utilizado como basurero y para el 1538, el área fue nivelada. Más tarde se convirtió en un lugar para reuniones y eventos sociales.
Sus árboles legendarios proporcionan sombra con bancos en todas partes e incluso tiene su propio jardín de rosas. En el centro, se ubica un gazebo que es utilizado para los eventos y actividades que allí se realizan y un pequeño parque infantil también es parte del paseo.
Una agradable mañana de churros, café y chocolate caliente y un tranquilo paseo.