La historia de la Universidad de Alcalá de Henares se remonta a su fundación en el año 1499, y en el 1501 cuando el Cardenal Cisneros, colocó la primera piedra y fundó el Colegio Mayor de San Ildefonso de Alcalá de Henares como origen de la Universidad de Alcalá. La misión del Cardenal Cisneros, fue convertir el Colegio Mayor de San Ildefonso en un gran centro de excelencia académica durante los siglos XVI y XVII. De esta forma se concretaron los propósitos reformadores del Cardenal, mejorando la formación de los clérigos y hombres de Iglesia de la época y convirtiéndola en la primera universidad renacentista, humanista y universal.
Cisneros no escatimó esfuerzos para dotar a su Colegio del marco urbanístico adecuado, de una buena financiación y de los mejores maestros de la época. En 1508 comenzaron las clases y en el año 1510, dotó a su fundación de unas Constituciones. Para entrar a este recinto, los estudiantes eran sometidos a exámenes rigurosos y solo aquellos que mostraban excelencia, eran admitidos. Y, aunque entraban los mejores estudiantes, estos eran sometidos a una disciplina tan estricta, que al final, muchos no podían cumplir. Para estos casos, se habilitó una cárcel donde los estudiantes debían pagar por sus faltas a los reglamentos de la institución.
En 1777, se la separó física y orgánicamente de su Colegio Mayor de San Ildefonso, y pasó a denominarse Real Universidad de Alcalá, con sede en el antiguo edificio del Colegio Máximo de los Jesuitas de Alcalá de Henares. Y, aunque fue clausurado como colegio mayor en septiembre de 1798, es hoy en día el rectorado de la nueva Universidad de Alcalá. En 1836, la universidad se integró junto con las enseñanzas de los Reales Estudios de San Isidro y el Real Museo de Ciencias Naturales de Madrid en una única institución, creando así la Universidad Central de Madrid, que, con el paso del tiempo, se convirtió en la actual Universidad Complutense de Madrid.
En la Universidad de Alcalá de Henares, enseñaron y estudiaron grandes maestros y hombres ilustres, entre ellos se encuentran: Antonio de Nebrija, Santo Tomás de Villanueva, Juan Ginés de Sepúlveda, Ignacio de Loyola, Domingo de Soto, Ambrosio de Morales, Benito Arias Montano, Francisco Suárez, Juan de Mariana, Francisco Vallés de Covarrubias, Antonio Pérez, San Juan de la Cruz, Mateo Alemán, Lope de Vega, Francisco de Quevedo y Villegas, Pedro Calderón de la Barca, Melchor Gaspar de Jovellanos, Andrés Manuel del Río, Fray Diego Morcillo y Blas Ortiz, entre otros.
Actualmente, se otorgan treinta y nueve titulaciones oficiales de grado, además de titulaciones oficiales de postgrado (52 maestrías y 28 doctorados) y 711 estudios propios y cursos de formación continua. Su estructura organizativa de la Universidad de Alcalá de Henares consta de nueve facultades y escuelas, dos centros adscritos, veintitrés departamentos y diez institutos de investigación.
Su trazado fue diseñado por Pedro de Gumiel y es considerado una de las obras más importantes del Renacimiento español. En términos del estilo arquitectónico del conjunto, al parecer se han empleado varios. En algunos escritos se habla de «estilo Cisneros», plateresco o «de transición», desde el gótico tardío al Renacimiento, pasando por elementos constructivos y ornamentales del mudejarismo, etc. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1998, junto con el resto del casco histórico de Alcalá de Henares.
La fachada de la Universidad de Alcalá fue iniciada en 1537, concluyéndose en 1553. Se dice que es la obra de Rodrigo Gil de Hontañón más conocida y hermosa. Fue realizada en piedra caliza de Tamajón. Algunos historiadores del arte la han calificado como «uno de los ejemplos más armónicos y proporcionados de la arquitectura española del siglo XVI».
Está diseñada en forma de retablo de tres cuerpos desiguales en altura, con portada monumental y superposición de órdenes. Cada uno de los cuerpos de la fachada posee un programa iconográfico que corresponde a un estado del saber, con la teología como centro, representada por las obras escultóricas de los Padres de la Iglesia, que se encuentran colocadas dentro de cuatro medallones. Estas representaciones son obra del escultor Claudio de Arciniega. Junto a estos medallones, las esculturas de atlantes, alabarderos, y una gran galería superior con ventanas, realizadas por el imaginero Claudio entre 1542 y 1548, aportan un característico aire clásico a la fachada.
El patio mayor de Escuelas, también llamado de Santo Tomás de Villanueva, es de los espacios que más llaman la atención. Se construyó en 1617 por Juan Gómez de Mora , al demolerse el anterior de ladrillo. Su construcción se concluyó en 1662, por José Sopeña. Sorprende sus tres pisos, en su tope, la balaustrada que le da la vuelta al patio y sus frisos. Su nombre de Santo Tomás de Villanueva, lo lleva en homenaje a uno de los alumnos complutenses más destacados y primer Santo egresado de sus aulas.
En la parte superior del Patio de Santo Tomás de Villanueva, aparecen las palabras latinas atribuidas por la tradición al Cardenal Cisneros, cuando el rey Fernando el Católico se burló de la pobreza del primer patio: Et luteam olim celebra marmoream, «Lo que antes se construye en barro, hoy se celebra en piedra».
Un patio que perteneció al Colegio de San Jerónimo, levantado entre 1564 y 1570 por Pedro de la Coteral, fue el Patio Trilingüe. Se le conoció con este nombre por haber acogido a estudiantes de latín, griego y hebreo. Se destaca por ser un espacio de estilo renacentista, en dos cuerpos, cuya balaustrada en gran medida se ha perdido.
La iglesia del Colegio fue la Capilla de San Ildefonso, la cual fue terminada en 1510. En ella se encuentran enterrados Francisco Vallés de Covarrubias y Elio Antonio de Nebrija. Y es en esta capilla que se encuentra el monumento sepulcral destinado al cardenal Cisneros, trabajado por Domenico Fancelli y Bartolomé Ordóñez. Actualmente este se encuentra vacío, ya que el cardenal está enterrado en la Catedral Magistral.
Para finalizar, es importante destacar que esta institución tan importante para la humanidad permaneció cerrada por algún tiempo. Al quedar en desuso porque la universidad se trasladó a Madrid, sucedió lo de siempre, algunos pretendían darle otros usos. Desde una fábrica de sedas, hasta convertirla en propiedades para alquiler, donde se destruyó parte de la estructura. Ya el edificio se había declarado en ruinas, cuando en el año 1851 se organizó la Sociedad de Condueños con el fin de rehabilitar la estructura y la esperanza de que regresara en el futuro la universidad, y así fue. De las 900 acciones que se concedieron a la Sociedad de Condueños, hoy solo quedan 300. Bravo por ellos y por preservar un legado tan importante para la humanidad.
Fuentes consultadas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Universidad_de_Alcal%C3%A1
https://es.wikipedia.org/wiki/Colegio_Mayor_de_San_Ildefonso
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