De estilo barroco, la Clerecía es el nombre que recibe el edificio del antiguo Real Colegio del Espíritu Santo (o Santo Espíritu) de la Compañía de Jesús, construido en Salamanca entre los siglos XVII y XVIII. Este edificio, que hoy alberga a la Universidad Pontificia de Salamanca fue iniciado en el año 1617, por orden de la reina Margarita de Austria y Felipe III. Su objetivo, ser el centro principal para la formación de los jesuitas que posteriormente enviarían a las colonias de América y los países protestantes del centro de Europa. Más tarde y tras la expulsión de los jesuitas de España, pasa el edificio a la Real Clerecía de San Marcos, de ahí la abreviatura a la Clerecía. Posteriormente, ésta cedió el edificio (salvo el templo) a la Diócesis de Salamanca, la cual instaló en él, el Seminario de San Carlos.
En 1940, se crea la Universidad Pontificia de Salamanca, instituida por el papa Pío XII, y la Diócesis le entrega el edificio como sede. Pese a que en esa entrega no se incluía el templo del Espíritu Santo, la Universidad Pontificia suprimió el culto en él desde septiembre de 2012 para exponerlo al turismo. Solo se permiten celebrar bodas de antiguos alumnos y personas vinculadas con la Universidad Pontificia.
En el interior de la iglesia se destaca el retablo de la capilla mayor, obra realizada en 1673 por Juan Fernández. Las labores para recubrir de dorado el retablo, se finalizaron en 1760. La iglesia, de una sola nave con capillas entre contrafuertes, sigue el esquema jesuítico de la iglesia romana de Il Gesú, con cuatro tramos y nave transversal ancha pero que no llega a sobresalir.
Además de ser una manifestación espléndida del barroco, en la Clerecía se destaca un magnífico Patio Barroco, rodeado de un claustro de dos pisos y su gran Scala Coeli, o Escalera al Cielo.
Así es que se llega al cielo, por una escalera de madera, que de momento parecería un tanto moderna y donde se suben alrededor de 180 escalones para acceder a las Torres de la Clerecía de Salamanca. Y, como siempre decimos, la subida bien vale la pena.
Las vistas espectaculares de Salamanca son insuperables desde cualquiera de las dos torres.
De hecho, el acceso de una torre a la otra se hace por un pasillo exterior de sus cubiertas, ofreciendo unas perspectivas espectaculares de esta ciudad patrimonial.
Antes de subir al Cuerpo de Campanas, es necesario detenerse, asomarse en uno de los balcones de puertas de madera inmensas y respirar el aire que solo estando allí se puede encontrar. Así, continuar admirando las panorámicas hermosas del casco histórico de Salamanca, y desde donde se puede apreciar la Catedral de Salamanca.
Además, estando ya en las torres, se puede observar muy de cerca la decoración arquitectónica muy rica en sus superficies, propio del barroco.
Ya en el Cuerpo de Campanas la experiencia es fabulosa. Es decir, ¡lo logramos! Y, claro, hay que tomarse una foto que sirva de evidencia, para luego comenzar el descenso por las escaleras de madera de la Scala Coeli, que realmente son muy llevaderas.
Fuentes consultadas:
- https://salamanca.es/es/destacados/para-descubrir/item/391-torres-clerecia
- https://es.wikipedia.org/wiki/La_Clerec%C3%ADa_(Salamanca)