Aprovechamos nuestra visita a Nueva York para visitar el MOMA (Museum of Modern Art). Entre sus exposiciones, se encuentra una extraordinaria, una buena muestra de la obra del pintor, escultor, grabador y ceramista español, el gran Joan Miró i Ferrà.
Nacido en el 1893 en Barcelona, Miró está considerado uno de los máximos representantes del surrealismo. En sus obras reflejó su interés en el subconsciente, en el aspecto infantil y en la cultura y tradiciones de Cataluña.
Aunque se le asocia al arte abstracto por su estilo maduro de formas estilizadas e imaginarias, en su juventud se inició en la figuración. Su obra contiene fuertes influencias fauvistas, cubistas y expresionistas, pasando a una pintura plana con cierto aire naïf, como lo es su conocido cuadro La Masía del año 1920. Pintada al óleo, constituye una especie de inventario de la masía que poseía su familia desde el año 1910 en la población de Mont-roig.
A partir de su estancia en París, su obra se vuelve más fantasiosa y onírica, coincidiendo con los puntos del surrealismo e incorporándose a este movimiento.
Uno de sus grandes proyectos fue la creación en 1975, de la Fundación Joan Miró, ubicada en Barcelona, España. Miró partió de una gran donación de sus obras, lo que permitió establecer este centro cultural y artístico para difundir las nuevas tendencias del arte contemporáneo. Otros lugares con importantes fondos de sus obras son: la Fundación Pilar i Joan Miró, en Palma de Mallorca; el Museo Reina Sofía y el Espacio Miró en Madrid; el Centro Pompidou, en París; y el MOMA, en Nueva York.
Joan Miró falleció en Palma de Mallorca, 25 de diciembre de 1983.