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El Alcázar de Jerez de la Frontera

El Alcázar, es uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad española de Jerez de la Frontera y el más antiguo mejor conservado. Está ubicado en el ángulo sudeste del recinto amurallado, formando con las murallas, torres y puertas, un sistema defensivo complejo.

Al recorrer el Alcázar de Jerez de la Frontera, vamos conociendo su historia tanto de su período islámico como cristiano, a través de sus torres, murallas almenadas, puertas en recodo, arcos de herradura, patio de armas y sus jardines hermosos.

El Alcázar fue catalogado como Bien de Interés Cultural y declarado Monumento histórico-artístico por el gobierno de la República en el año 1931. Esto no evitó que se usara como cuartel militar en época franquista y posteriormente se empezara a construir en su interior un hotel (cuya estructura fue demolida en 1981).

En la actualidad es propiedad del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera que, desde el año 1996, ha venido realizando una serie de reformas e intervenciones para recuperar de forma integral este monumento, colocándolo en uso, prácticamente la totalidad del Alcázar.

Tanto el Alcázar de Jerez de la Frontera, como la muralla que protegía a la ciudad, fueron construidos por los almohades entre los siglos XII y XIII. Y, aunque la mayor parte de las edificaciones islámicas conservadas son de este período, excavaciones arqueológicas confirman la existencia de un recinto defensivo anterior. De construcción sencilla, es un recinto de planta cuadrangular y pudo tener al menos once torreones defensivos, incluidos el del homenaje y la Torre Octogonal.

Los baños árabes, albercas, aljibes y norias (dos ruedas engranadas que se usan para sacar agua de un pozo) que se conservan, nos hablan de la importancia del agua y de la ingeniería y el dominio de las infraestructuras hidráulicas. Todos estos elementos fueron integrados armoniosamente al conjunto monumental, completado por las reformas importantes realizadas en el siglo XVIII por los Villavicencio. Es esta familia quienes, en el 1664, mediante Real Cédula expedida por Felipe IV, se hacen cargo del Alcázar de Jerez.

En el Alcázar de Jerez de la Frontera encontramos la única mezquita que se conserva en la ciudad de las dieciocho que había durante la época islámica. Levantada por los soberanos almohades, su interior, hoy restaurado, conserva además de sus arcos clásicos de herradura, su alminar, el patio de abluciones con una pila central y la sala de oración con su mihrab. Esta sala es de planta cuadrada, de construcción de ladrillo y se cubre con una cúpula octogonal sobre pechinas. De hecho, fue transformada en capilla por Alfonso X el Sabio, después de la conquista de la ciudad en el año 1264. Actualmente podemos ver el altar que se colocó tras la consagración de este espacio como capilla de Santa María del Alcázar.

Los Baños Árabes conservan en muy buen estado sus tres salas: la sala fría, la sala templada (la más amplia, con interesantes bóvedas perforadas de lucernarios) y sala caliente, próxima a la caldera y con un sistema de calefacción bajo el suelo. Construidas con ladrillo macizo sobrio y tosco, en las cúpulas de sus techos se abren lucernas estrelladas que les brindan la intimidad con que fueron concebidas.

El Patio de Armas es la zona más espaciosa del conjunto y el lugar donde en tiempos de la dominación almohade el gobernador formaba a sus tropas antes de salir a la batalla, cumpliendo con su función primordial, la militar. En torno a este espacio se disponen los principales edificios del Alcázar.

Recorrer la zona arqueológica del Alcázar de Jerez de la Frontera es una gran experiencia, y nos da una idea de los conocimientos que emplearon a la hora de construir. Es en esta zona donde se pudo hallar desde un muro de época califal (siglo X) hasta estructuras plenamente almohades (siglo XII) y cristianas (siglos XIV y XV). Los hallazgos dejaron al descubierto una serie de infraestructuras asociadas al pabellón real, como una letrina cuyo funcionamiento parece muy complejo, resultando de gran valor al ser de las pocas documentadas del período islámico. Además, halló una gran estructura, que resultó ser un enorme pozo de más de veinte metros de profundidad que alimentaba los baños, como se puede comprobar al observar el acueducto que se levanta a su derecha.

El Muro califal, construido con pequeñas piedras, es una de las arquitecturas más antiguas de la ciudad. Puede fecharse a la época Califal alrededor del siglo X. Dada su anchura y resistencia, se puede considerar que más que parte de un edificio residencial, era parte de un pequeño muro defensivo que se construyó alrededor del pozo central. Era crucial proteger el agua, sobre todo en recintos diseñados para aguantar asedios.

Pocos edificios de la época Califal, incluidos de la época de las Segundas Taifas, sobrevivieron la llegada de los Almohades (mediados del siglo XII). Este pueblo derribó todas las construcciones anteriores y usaron materiales para crear sus propios edificios. Los restos de las construcciones pre-almohades, fueron cubiertos por un extracto de arena de río amarillenta limpia, tal vez para purificar el espacio.

La Torre Octogonal, antes denominada “del oro», es el punto más elevado del Alcázar de Jerez de la Frontera, en la punta sur. Desde esta torre se controla una gran extensión del territorio, estableciendo también comunicación aérea con las torres principales de la muralla de la ciudad, ubicadas en los ángulos de esta. De ahí su potencial defensivo.

Todas las torres de la muralla de la ciudad y las que se encuentran en el Alcázar por lo regular eran rectangulares, excepto esta torre y otra que está ubicada en uno de los ángulos del recinto amurallado. La torre se construye con la técnica del tapial, al igual que gran parte de la muralla. Para construir una tapia, se colocaban dos tablones paralelos unidos por dos agujas metálicas, dentro del cual se vertía y se apisonaba el material, compuesto por una mezcla de arcilla, cal y mortero de arena, cantos rodados, huesos y restos de cerámica hasta quedar bien compacta. Una vez fraguado el material, se retiraban las tablas y se repite el tramo siguiente del muro.

Y llegamos al Palacio de Villavicencio, un hermoso palacio barroco que se construyó sobre los restos de un palacio almohade, de ahí la asimetría del edificio. La mayor parte de la construcción actual data de la segunda mitad del siglo XVII. Es en esta época cuando los Villavicencio asumen el cargo de “alcaide del Alcázar” a perpetuidad, llevando a cabo una campaña general de mejoras en toda la fortaleza, construyéndose así un palacio digno de una de las familias más poderosas y de noble linaje de la ciudad de Jerez de la Frontera.

Los jardines con sus fuentes y estanques le imparten una gran belleza y romanticismo al recinto. Claramente se encuentra presente la influencia árabe en la importancia que tiene el elemento del agua para mantener estas áreas ajardinadas hidratadas. Además, en tiempo de mucho calor, sus estanques, fuentes y canales de agua refrescan convenientemente el ambiente.

Las zonas ajardinadas del Alcázar de Jerez de la Frontera cuentan con olivos, cipreses y flores variadas y estanques con peces.

Es al siglo XVII que corresponde la primera estructura del ala nordeste del Palacio de Villavicencio, de tres plantas, con techo a dos aguas y tejas. Además, de la remodelación de la torre y la gran portada almohadillada que comunica el Patio de Armas con el exterior. En el segundo cuarto del siglo XVIII se construye el edificio sur de dos plantas con azotea, de estilo barroco colonial americana.

En la planta baja se encontraban las zonas de trabajo y algunos salones. En la segunda planta, que corresponde a la zona noble del palacio, se encuentran salones con gran amplitud e iluminación que ofrecen vistas muy bonitas del Patio de Armas y del Patio de San Fernando.

En la tercera planta se exhibe la antigua farmacia municipal del siglo XIX, con el mueble original de madera bellamente tallado, así como los albarelos y el botamen propio de una farmacia de la época. Un albarelo es un recipiente de cerámica de forma cilíndrica, que usaban los boticarios para almacenar drogas y preparaciones sólidas o viscosas, pero casi nunca líquidas.

En la torre del palacio se encuentra ubicado la Cámara Oscura, que permite observar la ciudad en tiempo real, con imágenes reales y en movimiento.

Y no podemos terminar sin mencionar su Molino de aceite del siglo XVIII. Es sorprendente lo bien conservado que se encuentra y que nos da una idea de la maquinaria que se utilizaba en esa época.

 


Fuentes consultadas:

  • https://es.wikipedia.org/wiki/Alc%C3%A1zar_de_Jerez_de_la_Frontera
  • https://www.inspain.org/es/cadiz/jerez-de-la-frontera/conjunto-monumental-alcazar-jerez-camara-oscura/https://www.amigosdeloscastillos.es/portfolio/alcazar-de-jerez-de-la-frontera/