Desde que se entra a la calle Regalado, se observa en último plano colosalmente la fachada y torre de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Valladolid. Está situada en el centro de la ciudad, en una zona ligeramente elevada, cerca de la iglesia de Santa María de la Antigua. La Catedral se construyó en el siglo XVI sobre el emplazamiento de la tercera Colegiata gótica, siguiendo los planos de Juan de Herrera de Maliaño, arquitecto, matemático, geómetra y militar español, considerado uno de los máximos exponentes de la arquitectura renacentista hispana. El templo obtuvo la categoría de catedral en el año 1595.
La Catedral de Valladolid es conocida como “La Inconclusa”, ya que fue un proyecto ambicioso de Juan de Herrera que se vio inacabado por los problemas financieros de la época. El templo, tal y como estaba previsto originalmente, hubiera sido una de las mayores construcciones cristianas de la época. Las obras de construcción se prolongaron hasta el siglo XVIII, momento en el que Alberto Churriguera, arquitecto español especializado en el estilo barroco, retoma el diseño herreriano y le da a la fachada principal el estilo barroco que hoy se observa. El edificio está construido sólo hasta el crucero y en la propuesta original serían cuatro las torres, llegando a construirse solo una.
La torre construida originalmente, fue muy dañada por el terremoto de Lisboa de 1755, y terminó hundiéndose en 1841. Ignorando el proyecto de Juan de Herrera, se levantó la torre actual, entre 1880 y 1890, al lado contrario donde se ubicaba la caída. Esta torre tiene forma octogonal y está coronada desde 1923 por la estatua del Sagrado Corazón de Jesús.
Una vez en el interior, la catedral presenta un estilo purista y sobrio, correspondiente al clasicismo herreriano. El templo presenta actualmente tres naves de cuatro tramos en el lugar donde hubiese estado el crucero. En el interior, filas de pilares con pilastras adosadas de orden corintio sujetan hileras de arcos de medio punto. Las naves de la Catedral de Valladolid están cubiertas por bóvedas de arista.
Los pocos elementos decorativos que contiene están compuestos por algunos retablos, destacándose principalmente en la Capilla Mayor «provisional» del XVII el de Juan de Juni, escultor franco-español, especializado en la escultura castellana. De Juni contó con una obra grande y extensa realizada mayormente en Valladolid durante los más de treinta años que permaneció en esta ciudad. Este retablo fue realizado originalmente para la Iglesia de Santa María de La Antigua.
En la Capilla Mayor también se encuentran los sitiales del coro, distribuidos en dos grupos simétricos flanqueando el retablo de Juan de Juni. El Órgano Amezua se conserva, sobre su tribuna construida en 1928, a los pies de la catedral.
Entre las numerosas capillas que tiene la Catedral de Valladolid se destacan las siguientes: Capilla de San Fernando, Capilla de San Pedro Regalado, la Capilla de San José, la Capilla del Sagrario, la capilla del Baptisterio y el Sepulcro del Conde Ansúrez.
Aunque en nuestra visita, no tuvimos la oportunidad de subir a la Torre de la Catedral de Valladolid, nos confirmaron que las vistas panorámicas de la ciudad son espectaculares. Lo mejor es que se sube por medio de un ascensor panorámico al mirador de la Catedral, a más de 60 metros de altura. Además, aquí se tiene la oportunidad de observar de cerca el campanario y la maquinaria del reloj.
Vista desde el oeste (plaza de Portugalete). Se ve el edificio herreriano concluido hasta el crucero, el muñón de la torre hundida en 1841 con la cornisa destrozada por el efecto de la caída de las piedras y las ruinas de la colegiata bajomedieval. La Catedral también alberga el Museo Diocesano y Catedralicio, que fue inaugurado en 1965 y se encuentra emplazado en los restos de la catedral antigua.