En el lado noroeste del Parque Eduardo VII en Lisboa, Portugal, se encuentra la Estufa Fria y la Estufa Quente, un jardín botánico repleto de plantas que podemos encontrar tanto en climas fríos, como en climas tropicales. La Estufa Fria cuenta con numerosas plantas exóticas, riachuelos, cascadas, palmeras, arbustos con flores y bananeras. La Estufa Quente posee plantas y aves de clima tropical.
Este invernadero surgió por pura casualidad cuando un jardinero aprovechó una cantera que ya no era usada para albergar especies de plantas oriundas de varias partes del mundo. Estas plantas se ubicarían en la Avenida da Liberdade, sin embargo, con la llegada de la Primera Guerra Mundial, todo el proyecto fue aplazado. Las plantas ya estaban allí y sucedió lo natural, comenzaron a crecer y a darle una nueva vida a una simple cantera de basalto. La Estufa Fría (Invernadero Frio) fue complementada en 1975 cuando se le añade la Estufa Quente (Invernadero Caliente) y la Estufa Doce (Invernadero Dulce) con plantas ecuatoriales, tropicales y cactáceas.
Aquí, entre las más de 300 especies, encontrará el helecho, símbolo del invernadero, cuya hoja nace enrollada y si la punta se daña, no vuelve a crecer; la Brunfelsia que da una flor que nace morada, pasa a azul y muere blanca; cinco especies de fucsias; la planta del mango; diferentes tipos de plataneros; caña de azúcar e incluso la planta del tabaco.
Cerca de las estufas se encuentra un lago con carpas grandes y un parque infantil, con forma de galeón.