Abierto al público desde 1793, el Museo del Louvre fue el primer museo de la historia en colocar colecciones privadas de la aristocracia y la monarquía francesa en una galería de acceso y disfrute de todo el público. Ello lo convirtió en modelo a imitar por varios museos.
El castillo del Louvre, que luego fue reconvertido en palacio real, es el edificio que hoy conocemos convertido en un gran museo. Su origen se remonta al siglo XII, y luego con el tiempo se trabajaron ampliaciones de tipo renacentistas y más tarde, se integraron otros estilos. Desde el siglo XIV, los monarcas franceses mostraron su afición por adquirir obras de arte. Sin embargo, fue la reina consorte Catalina de Médici quien trazó el proyecto que hizo del Louvre la gran estructura que es actualmente. Enrique IV le dio continuidad luego de las guerras de religión, relacionado a los enfrentamientos civiles que se desarrollaron en el reino de Francia y en el reino de Navarra durante la segunda mitad del siglo XVI.
Con la construcción del Palacio de Versalles, el Palacio del Louvre quedó desocupado por la familia real a finales del siglo XVII. Ya en el siglo XVIII, la Academia Francesa y después otras academias, se establecieron en el Louvre. Así fue como se celebraron en el palacio exposiciones anuales de la Real Academia de Pintura y Escultura.
En 1803, cuando Napoleón Bonaparte era aún cónsul, el recinto cambió su nombre por Museo Napoleón. Esto surge a raíz de las guerras napoleónicas, cuando las colecciones del Louvre aumentaron considerablemente, ya que los ejércitos se apoderaban de las obras de los países invadidos. Aunque, algunas de estas obras tuvieron que devolverse al caer el régimen napoleónico, otras muy importantes se quedaron en el Louvre.
Hasta 1870, el edificio del Louvre estuvo unido al Palacio de las Tullerías o Palacio de las Tejeras, formando un solo conjunto. Esto fue así, hasta que el palacio de las Tullerías fue destruido y sus tesoros artísticos se perdieron en el incendio causado por los hechos de la Comuna de París tras la guerra franco-prusiana. Sus ruinas fueron demolidas y así quedó el palacio del Louvre dominando el gran parque abierto en dicho solar.
El museo, cuyas salas y pasillos representan un recorrido de varios kilómetros, fue sometido en la década del 1980 a una modernización, iniciativa presentada por el Presidente de la República Francesa en ese época, François Mitterrand. El elemento más visible del proyecto, conocido como “Le Grand Louvre”, fue la pirámide de cristal diseñada por el arquitecto Ieoh Ming Pei e inaugurada en 1989. Su fin fue centralizar el acceso de los visitantes, que descienden por la pirámide a un recibidor subterráneo por el que se accede a las diversas salas del museo.
El Museo del Louvre de París nos muestra obras de arte anteriores a 1848, más específicamente, antes del Impresionismo. Las colecciones están distribuidas en cinco plantas y tres alas entrelazadas entre sí. El Museo del Louvre contiene más de 380,000 objetos y exhibe 35,000 obras de arte en ocho departamentos: Antigüedades egipcias; Antigüedades del Cercano Oriente; salas dedicadas al griego, etrusco y romano; Artes del islam; Escultura; Artes Decorativas; Pintura; Impresiones y dibujos.
Es prácticamente imposible recorrer el Museo del Louvre en un solo día. Por lo mismo, hay que hacer un escogido minucioso de las obras, de acuerdo con el tiempo que se vaya a invertir en la visita. Además, es de gran ayuda estudiar el mapa del museo con anticipación y anotar las salas donde están ubicadas las obras que se desean visitar.
En nuestro caso, le dedicamos seis horas al Museo del Louvre, seleccionando de antemano cerca de 25 obras, entre las que se encuentran: La Mona Lisa de Leonardo Da Vinci; La Victoria Alada y la Venus de Milo, ambas perteneciente al período helenístico de la escultura griega; el Código de Hammurabi de Babilonia; obras neoclásicas como Psique reanimada por el beso del amor; la famosa pintura de La Encajera de Vermeer; Hombre con Alas y Cabeza de Toro; Hermafrodita Durmiendo; la Balsa de la Medusa de Géricault; La Libertad dirigiendo al Pueblo, obra de Delacroix; la Coronación de Napoleón I; La Gran Odelisca de Ingres.
Hay que resaltar dos esculturas en mármol de Michelangelo Buonarroti que se añadieron en tiempos recientes a la colección del Museo del Louvre, se trata de “El Esclavo Rebelde” y “El Esclavo Moribundo”. Ambas obras fueron trabajadas entre los años 1513 -1515 para la tumba del Papa Julio II.
A pesar de las múltiples ampliaciones y reformas, el Louvre mantiene almacenada parte de sus colecciones, lo que explica la apertura de una segunda sede en Lens, cerca de la frontera con Bélgica. Así mismo, el Louvre ha accedido a dar su nombre a una segunda delegación, ésta en el extranjero: el museo Louvre Abu Dabi en Emiratos Árabes Unidos.
El Museo del Louvre es un lugar magnífico con un espacio monumental, que puede sobrecoger al visitante. Es por ello por lo que, todos aquellos que tienen un interés especial por conocer algunos de los grandes tesoros de las civilizaciones antiguas, son los que más disfrutarán de esta experiencia extraordinaria. Finalizamos compartiendo más fotos de las obras que disfrutamos en nuestro recorrido por el Museo del Louvre. Sin orden particular se encuentran la Corona de Luis XV; Las Bodas de Cana; Retrato de Mujer de la Corte de Milán; La Bienaventurada, obra de Caravaggio; el Niño Mendigo de Murillo; del Greco, San Luis, Rey de Francia y su paje; Retrato de la Infanta María Teresa y Retrato de la Reina Mariana de Austria, obras de Velázquez; de Goya, el Retrato de Mariana Waldstein, novena marquesa de Santa Cruz; de Rembrandt, el Autorretrato con una capa y Retrato de Titus, hijo del artista y la obra Leyendo, de Renoir.
Fuentes consultadas:
https:// es.wikipedia.org/wiki/Museo_del_Louvre
https:// www.paris.es/museo-louvre
https:// www.parisando.com/louvre/