Una de las estructuras que divisamos visitando el tope del Arco de Triunfo y de la Torre Eiffel, fue la Basílica Sacré-Coeur, o Basílica del Sagrado Corazón. Su enorme cúpula puede ser vista desde distintos puntos de París.
La Basílica Sacré-Coeur se construyó entre 1875 y 1914 sobre el monte de los mártires, Montmartre, una colina de 130 metros de altura, en Clignancourt, XVIII distrito de París. Este fue el lugar donde San Denis, primer Obispo de París (s.III), fue decapitado por su fe. Es entonces cuando en 1919, la basílica es consagrada al culto católico y es dedicada al Sagrado Corazón.
Su construcción fue decidida por la Asamblea Nacional en 1873, como un edificio religioso a perpetuidad en homenaje a la memoria de los numerosos ciudadanos franceses que habían perdido la vida durante la Guerra franco-prusiana.
El templo se convierte en 1885, en santuario de oración perpetua de noche como de día. Así, desde hace más de 130 años, la exposición perpetua del Santo Sacramento marca de forma característica la vida de oración de la basílica, antes, incluso, de la finalización de su construcción.
Para elegir al arquitecto que diseñaría la Basílica Sacré-Coeur, se organizó un concurso. Así fue que Paul Abadie, ganó el concurso para su construcción. La primera piedra se colocó en 1875, y aunque se completó en 1914, no se consagró hasta el fin de la Primera Guerra Mundial, en 1919. Su estilo es gótico bizantino.
Para la construcción de este templo católico tan magnífico, se utilizó piedra travertino, una roca sedimentaria que “suda” calcita constantemente, asegurando así la blancura permanente del edificio a pesar de la erosión y la contaminación. La calcita es el mineral primario de calcio, indispensable en la industria de la construcción. Reacciona especialmente bajo la lluvia, por lo que en aquellas zonas que están protegidas del agua, se ve la piedra un poco más oscurecida.
La construcción de este edificio generó muchas controversias y necesito para poder levantarse de unos cimientos colosales. Tuvieron que abrir 83 pozos de 38 metros para asegurar la solidez del edificio.
Las dimensiones de la Basílica Sacré-Coeur son monumentales: 83 metros de longitud, 35 metros de anchura y una torre de 83 metros de altura. La planta del edificio tiene forma de cruz griega, adornada con cuatro cúpulas: el domo central, de 80 metros de altura, está tocado por una linterna, formada por una columnata. En el ábside, una inmensa torre cuadrada hace las veces de campanario que guarda, la Savoyarde, una campana de 3 metros de diámetro y de 18.550 kg de peso, ofrecida por la diócesis de Chambéry. Siendo ésta la campana más grande de Francia y una de las más pesadas del mundo.
Nos detenemos un momento en la fachada principal de la Basílica Sacré-Coeur. Cuenta con un pórtico de tres arcos y sobre éste, a modo de guardianes, dos de los personajes históricos más importantes de Francia: el rey San Luis y Juana de Arco, ambas estatuas ecuestres son obra de Hipólito Lefebrre.
En el nicho central de la fachada está la estatua de piedra del Sagrado Corazón que tiene 5 metros de altura y que es obra de Pierre Séguin. Esta estatua de Jesús lleva una inscripción que reza: “Cor Jesu Sacratissimum”. En este portal principal hay puertas de bronce de buen tamaño que cuentan con una ornamentación vegetal variada. Los detalles de los relieves bajo el pórtico nos muestran la vida de Jesús, en especial el tema de la última cena.
Su arquitectura se inspira en la arquitectura romana y bizantina. Sin embargo, es el mosaico ubicado en la bóveda del presbiterio, lo que nos llama la atención dominando la estancia con su brillo. No es para menos, estamos hablando del mosaico más grande del mundo.
Estos mosaicos son obra de Luc-Oliver Merson, realizados en 1922. Mide 475 metros cuadrados y la obra representa al “Cristo Resucitado”, siendo el nombre real, “Cristo en Majestad y el Sagrado Corazón adorado por la Virgen María, Juana de Arco y el Arcángel San Miguel”.
Es dándole la vuelta al Altar Mayor, que se pueden ver los detalles decorativos de la arquitectura de la Basílica Sacré-Coeur, en donde a través de aperturas podemos observar los detalles del gran mosaico de la bóveda del presbiterio.
Su altar mayor es de bronce, está hecho a semejanza de la abadía de Cluny en Borgoña y desde 1885 ha permanecido el Santísimo Sacramento en este altar.
Los grandes vitrales o vidrieras tuvieron que ser restaurados en el año 1946 ya que fueron destruidos durante la guerra. Son estas obras en cristal las que le dan al templo mayor iluminación y color.
El órgano de pipa de la Basílica Sacré-Coeur en París es uno de los más importantes de Francia y de toda Europa. Es la última gran obra de su constructor, Aristide Cavaillé-Coll.
Uno de los puntos más curiosos de la visita a la Basílica es su cripta, que se encuentra debajo de la nave principal. Es aquí que reposan los restos de los obispos que contribuyeron a la construcción del Sagrado Corazón.
Se puede subir la colina a pie, con sus casi 200 escalones hasta los pies de la catedral, o usando el Funicular de Montmartre. Nosotros preferimos subir los escalones, que fue llevadero y nos permitió detenernos en ciertos puntos para admirar la Basílica Sacré-Coeur desde otros ángulos. Además, las vistas panorámicas son estupendas.
Fuentes consultadas:
https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_del_Sagrado_Coraz%C3%B3n_(Par%C3%ADs)
https://buendiatours.com/es/guias/paris/sacre-coeur
https://www.sacre-coeur-montmartre.com/espagnol/la-basilica-del-sagrado-corazon-de/article/el-sagrado-corazon
https://www.paris.es/basilica-sagrado-corazon