Los postres italianos son clase aparte. Uno de esos postres es el delicioso gelato, un postre congelado que guarda similitud al mantecado. En Italia, el gelato artesanal domina el mercado, por lo que al momento de querer satisfacer ese deseo por un buen gelato, hay de dónde escoger. Sin embargo, elegir al mejor artesano que lo confeccione, es un reto.
En nuestra visita a Roma, encontramos a la Gelateria Panna & Liquirizia. Fue bajando por las escaleras de la Via Magnanapoli, rumbo al foro Traiano y en un rinconcito, que encontramos esta tiendita dedicada al gelato artesanal. Un negocio totalmente familiar, donde se comparten las tareas para preparar y vender los deliciosos gelatos de diversos sabores, que Vincenzo Gardelli, el patriarca de la familia, confecciona diariamente.
Fue allí que conocimos a Tosca, hija del dueño, que es la persona encargada de atender a los comensales que allí se acercan buscando complacer sus antojos de un buen gelato. Para nuestra sorpresa, Tosca nos habló en español. Y decimos que fue una sorpresa, porque generalmente nos hablaban en inglés.
Muy orgullosa de la fórmula secreta artesanal de su padre, Tosca, tiene ese toque especial y personal que hace aún más fabuloso su gelato. Tosca se convirtió en nuestra amiga y así visitamos su gelatería todas las tardes durante nuestra estadía en Roma.
La Gelateria Panna & Liquirizia; “il gelato che ti vizia” o en español, el gelato que te mima.