¿Alguna vez has exclamado esa expresión al llegar a algún destino deseado o añorado? Es la peor exclamación que podemos hacer al llegar a algún lugar y realmente resulta decepcionante y hasta frustrante. Salimos de viaje con ciertas expectativas de lugares y monumentos a visitar y nos tropezamos con el cartel que notifica su cierre temporal debido a trabajos de mantenimiento, conservación o restauración.
En nuestro viaje reciente a España, notamos los esfuerzos constantes de mantenimiento y preservación del patrimonio nacional español. Grúas y andamios por doquier y tanto en exteriores como en los interiores de monumentos y diversas estructuras se realizaban obras constantes. Tal acciones son necesarias para mantener estos monumentos que en algunos casos pueden tener cientos de años y en otros hasta miles. Un ejemplo es el antiguo Puente Romano de Córdoba que fue construido en el Siglo I y aún hoy, comunica a las comunidades que sirve. Para su preservación, a principios del siglo XXI, se eliminó el tránsito de vehículos de motor a través del puente. Gracias a esa medida, hoy es totalmente peatonal. Así como el Puente Romano de Córdoba, muchísimas estructuras y monumentos en todas partes del mundo, testigos a la grandeza de pasadas culturas, requieren de ese mantenimiento continuo para el disfrute de futuras generaciones. De ahí que sean necesarios esos trabajos de conservación o restauración.
Por ello, es importante que durante la etapa de planificación de un viaje, investiguemos bien los lugares que visitaremos. De esa forma, vamos preparados y no nos toma por sorpresa cualquier obra que se esté realizando en los lugares que deseamos visitar.
Algo que nosotros hacemos es contactar directamente a través de correo electrónico o email, las oficinas de turismo de las diferentes ciudades. Así nos informamos de la disponibilidad de entrada a los monumentos, Iglesias y otros edificios de importancia que tenemos planificado visitar y hacer los ajustes pertinentes. Hasta ahora, las respuestas a nuestras comunicaciones han sido rápidas y la experiencia ha sido muy buena. Claro, al llegar a una ciudad, es de gran ayuda contactar directamente las Oficinas de Turismo, así obtienes más información y ellos mismos te ayudan a entender los mapas y las rutas.
Una experiencia que tuvimos cuando planificamos nuestro viaje a Ronda, es que teníamos conocimiento de que la Colegiata de Santa María la Mayor estaría cerrada para las fechas de nuestra visita por trabajos de conservación. Por fuerzas mayores, nuestro programa de viaje se vio alterado, retrasando el mismo por un mes. Cuando finalmente llegamos a Ronda, tuvimos la grata sorpresa de saber que las obras habían finalizado y podía ser visitada. Definitivamente, fue una sorpresa muy agradable, que apreciamos y disfrutamos. Subir a lo alto de la iglesia y mirar el Altar Mayor desde el nivel de la cúpula, no tiene precio. Además, las vistas espectaculares que desde muy alto tuvimos de la ciudad de Ronda, fue una gran experiencia.
Al final, lo único que va a evitar la expresión de, “¡Oh No! ¡Esta cerrado!” es la comunicación, investigación y planificación.