La Puerta de Palmas, anteriormente conocida como “Puerta Nueva”, es uno de los monumentos más emblemáticos de Badajoz, ciudad de Extremadura, España, y una de las huellas más destacadas como antigua ciudad fortificada, que en siglos pasados necesitó de sus murallas para su defensa. Su construcción culminó en 1551 y se trató de un acceso monumental a la muralla que rodeaba esta ciudad, ubicada frente al Puente de Palmas.
En el siglo XVII, la muralla adyacente a la Puerta de Palmas tuvo un papel crucial en la rivalidad con Portugal. Aunque en algunos períodos las relaciones entre ambos territorios fueron pacíficas, en el siglo XVII, tras la sublevación de Portugal y su declaración de independencia en 1668, se libraron numerosas operaciones militares en Badajoz. Estos acontecimientos provocaron un interés en la construcción y renovación de la muralla, respetando la estructura de la Puerta de Palmas, que permaneció intacta, aunque fueron eliminados los fosos inundables para mejorar su defensa.
La Puerta de Palmas, al igual que otras estructuras similares, que cumplen con funciones defensivas y de control de paso, también posee un carácter simbólico, similar a los arcos de triunfo en honor a soberanos y reyes de la época. Siguiendo el estilo renacentista, imita los arcos de triunfo de la civilización romana. La estructura está compuesta por un arco conmemorativo y dos torreones cilíndricos de aspecto sólido, coronados con almenas, decorados en la parte superior y en la base con detalles de cordones ornamentales. Los torreones sirvieron como prisión real hasta finales del siglo XIX.
La fachada que mira hacia el puente y el río Guadiana presenta una estructura de doble arco de medio punto, decorado con casetones (adornos huecos geométricos, colocados en el interior del arco), medallones y otros elementos ornamentales de estilo renacentista. En esta cara exterior se conserva una inscripción o placa del año 1551, cuando Felipe II era príncipe y Carlos V emperador.
En contraste, la cara opuesta de la Puerta de Palmas, que mira hacia la ciudad vieja, nos muestra una fachada más compleja, compuesta por una terraza y una triple hornacina, probablemente añadidos en etapas posteriores a la construcción original. En la terraza que se encuentra entre los dos torreones, se observa una capilla dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles. La escultura de la virgen fue restaurada en 1960 por el arquitecto municipal y crítico de arte Francisco Vaca Morales.
A lo largo de los siglos, el entorno de la Puerta de Palmas sufrió numerosas remodelaciones en su estructura y elementos adyacentes, aunque siempre conservó su función como punto de acceso fortificado a la ciudad, y posteriormente como puesto de control aduanero y fiscal. Hasta no hace mucho, los dos torreones sirvieron como prisión real para reos de delitos graves, según documentos históricos que así lo afirman. Hoy funciona principalmente como una rotonda y un símbolo importante de la ciudad extremeña de Badajoz.
