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La Alhambra – Parte II

Comenzamos nuestra visita de la Alhambra, entrando a la gran Fortaleza o ciudadela amurallada. Esto nos recordó un poco a nuestra ciudad amurallada, el Viejo San Juan en nuestra isla de Puerto Rico.

Nuestro caminar nos llevó por el Medina, 20171108_124424.jpgpara comenzar a disfrutar a plenitud del recinto. Al acercarse la hora que escogimos para la entrada a los Palacios Nazaríes, nos adelantamos hacia su entrada, dejando atrás por el momento, a la Iglesia de Santa María de la Alhambra y el Palacio de Carlos V, entre otros. Y mientras esperábamos nuestro turno, pudimos contemplar el Patio de Machuca.

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20171108_131429.jpgLos Palacios Nazaríes, se refieren al conjunto de tres palacios; El Mexuar, el Palacio de Comares y el Palacio de los Leones. Este último quizás sea el más reconocido mundialmente y asociado con la Alhambra. Cada uno de los palacios cuenta con diversas salas, salones y patios con sus fuentes.

Comenzamos nuestra visita a los palacios con la Sala del Mexuar que cuenta con unas impresionantes yeserías, las primeras de muchas que encontraríamos. Continuamos hasta la Torre de Comares  y el Patio de los Arrayanes para luego encontrar los Baños de Comares.

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Hay tantos salones que ver, tantos elementos hermosos para observar. La Sala de Dos Hermanas, el Patio de Lindaraja, el Peinador de la Reina, el Despacho de Carlos V, la Sala de los Reyes, la Sala de los Abencerrajes, el Patio del Harem y en el centro, el Patio de Los Leones con su fuente tan conocida. ¡Sencillamente, espectacular!

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Ya saliendo de los predios de los Palacios Nazaríes encontramos el Palacio del Partal, su Torre de las Damas y el Oratorio frente a un jardín y claro, más fuentes.

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Disfrutar a plenitud los Palacios Nazaríes nos tomó alrededor de una hora y media.

Para disfrutar de más fotos de la Alhambra, seguir el enlace: La Alhambra

La Alcazaba:

Una vez visitados los Palacios Nazaríes, 20180219_135847.jpgnos tomamos un pequeño descanso en las cercanías de la Puerta del Vino (adjunto a concesionario de comida, aseo y tienda de recordatorios). Al atravesar la Puerta del Vino, descubrimos la Alcazaba y la gran Placeta de los Aljibes.

Aún con la Alhambra estar situada a la orilla del Río Darro, transportar agua desde el río a la cima de la Sabika no era tarea fácil. Es la razón principal por la que existen aljibes en el recinto de la Alhambra. Un aljibe (de la lengua árabe) es un recurso (cisterna) para almacenar agua, usualmente agua de lluvia y para uso potable.

Sin embargo, es precisamente el río Darro, el proveedor principal del agua que usa el complejo mediante la Acequia Real de la Alhambra. Usaron el modelo romano de captaciones hidráulicas del mismo río Darro para llevar por canales agua a las minas de oro de Cenes, para llevar agua al recinto de la Alhambra.

Aprendimos que lo que se conoce como la Placeta de los Aljibes, realmente era un barranco que separaba la Alcazaba de los Palacios Nazaríes. Y que, el Conde de Tendilla, aprovechó dicho espacio para la construcción de nuevos y más grandes aljibes en el 1494.

Una gran muralla separaba la Placeta de los Aljibes (ahora sabemos porqué) del fuerte principal, donde de inmediato subimos a la Torre del Homenaje cerca de la Puerta de Tahona. Desde allí pudimos apreciar la Sierra Nevada, el Sacromonte y el Albaicín. Teníamos una vista espectacular desde la Torre del Cubo. Desde ese punto podíamos ver (y hasta saludamos) en la distancia, el gentío que se encontraba en el Mirador de San Nicolás en el Albaicín. Un lugar excelente para tomar fotos.

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Nuestro recorrido por la Alcazaba nos llevó por la Plaza de Armas, el Barrio Castrense, la Torre de la Vela, la Torre de Pólvora, para luego bajar por el Jardín de los Adarves. Luego de descubrir el Alcazaba por cerca de una hora, regresamos a ver más de la Alhambra.

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El Palacio de Carlos V es un edificio imponente, conectado a los Palacios Nazaríes. Su forma rectángular esconde su patio interior de formar circular. De hecho, para su construcción fue necesario derribar un pabellón del Palacio de Comares. Sin embargo, contrario a la práctica milenaria, el Palacio de Carlos V fue un añadido a los Palacios Nazaríes y no uno construido sobre ruinas del pueblo conquistado.

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Visitamos los asentamientos arqueológicos, la Iglesia Santa María, el Convento San Francisco. Cruzamos por el Medina para llegar a la Puerta de los Siete Suelos apreciando la misma desde su interior. Fue un paseo lleno de bellos jardines, hasta llegar al más extenso de los recintos, el Generalife.

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