El Generalife:
Nuestro viaje se dio en pleno otoño, y comenzaba a anochecer temprano en Granada. Abandonamos las murallas que alberga la Alhambra y la Alcazaba para llegar al Generalife. Pasando por el Teatro del Generalife,
de inmediato llegamos al gran jardín, repleto de piscinas y fuentes. Debemos hacer un aparte sobre la importancia del agua en la Alhambra y el Generalife. El agua en el mundo musulmán era imprescindible para cumplir con el estado de pureza que demandaba su religión. Es por ello que encontramos el elemento del agua por todas partes.
Luego, nuestro rumbo fue hacia el Palacio de la Sultana, también conocido como el Palacio del Generalife.Encontramos allí, el Patio de la Acequia y el Patio de la Sultana bordeado por la escalera de agua.Más adelante, nos aproximamos al Mirador del Generalife, conocido también como el Mirador Romántico.
Lamentablemente, al escuchar el anuncio de que ya se cerraban las puertas del Generalife, nuestra marcha hacia la salida era innevitable. La oscuridad anunció el final de una gran jornada y un sueño cumplido. Quedaron para una visita futura la Silla del Moro, los Albercones y el Dar al-Arusa.
Pueden ver más fotos en el enlace siguiente: Generalife
Sin embargo, como mismo subimos la Cuesta de Gomerez, había que bajarla. Si subir la cuesta fue algo singular, más difícil fue su descenso. Usamos las suelas de nuestras zapatillas como si fueran frenos. No había de otra!!!
Pasando por la Puerta de los Granados y superada la bajada de la Cuesta de Gomerez, nos detuvimos en diversos comercios de camino a la Plaza Nueva donde nos esperaban unas cañitas bien frías con sus respectivas tapas.
Y entre cañitas y tapas, nos preguntamos, ¿qué hacer arropados ya por la noche? ¡Al Mirador de San Nicolas! Tomamos el bus que nos dejó en la Plaza de San Nicolás, subimos una cuesta (otra vez), y desde el Mirador San Nicolás pudimos contemplar el Alcazaba y la Alhambra iluminados. Si de día era hermoso, de noche era una maravilla. Aún con los 34 grados Fahrenheit, era el momento para tomar muchas fotos y hasta un video. El llegar al Mirador de San Nicolás nos permitió contemplar ese impresionante patrimonio desde diferentes ángulos.
Ahora sí podemos llevar, no en nuestras cabezas, pero sí en nuestro corazón, la Corona con la gran Joya, la Alhambra!