Situada en el corazón de España, Guadalajara, es una impresionante ciudad y municipio, capital de la provincia del mismo nombre. Está ubicada en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, formando parte del corredor industrial del Henares y se encuentra en la ruta que conecta Madrid con Zaragoza y Barcelona.
Esta ciudad ofrece innumerables oportunidades para explorar y disfrutar, contando con un rico patrimonio histórico-artístico, hermosos parques y jardines, y su deliciosa gastronomía, son solo algunos de los atributos que invitan a visitarla.
La ciudad de Guadalajara fue fundada por los árabes, entre la segunda mitad del siglo VIII o de la primera mitad del siglo IX, aunque su historia durante la dominación islámica es poco conocida. En 1085, Guadalajara fue conquistada por el rey castellano Alfonso VI y las crónicas atribuyen la hazaña a uno de los compañeros del Cid, Alvar Fáñez de Minaya. Más tarde en la historia, durante el reinado de Alfonso X, teniendo la protección del rey, se aseguró el desarrollo económico de la población, mediante la defensa de sus comerciantes y la autorización de sus ferias y mercados, que aún se celebran. En la segunda mitad del siglo XIV se estableció en Guadalajara la familia Mendoza, quienes marcaron el desarrollo económico de la ciudad, logrando a lo largo del siglo XVI una época de auge.
Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo
Una vez llegamos a la Estación de Guadalajara, nos dirigimos al Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo y Duquesa de Sevillano, un monumento impresionante construido entre 1882 y 1916. Este magnífico panteón fue encargado por doña María Diega Desmaissières y Sevillano, condesa de la Vega del Pozo y duquesa de Sevillano, en honor a su padre y a familiares fallecidos, quienes encontrarían aquí su lugar de descanso eterno. El panteón forma parte del conjunto monumental de la fundación de San Diego de Alcalá.
Puerta de Bejanque
Luego de visitar el Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, nos dirigimos hacia la plaza de Bejanque donde se erige un gran arco de ladrillo sostenido por pilastras de mampostería, un monumento arqueológico importante que da vida a la historia de la ciudad de Guadalajara: la puerta de Bejanque. Los vestigios de las antiguas murallas de esta ciudad se pueden encontrar en los barrancos del Coquín y del Alamín, pero de sus puertas, sólo se conserva este lienzo, restaurado recientemente. Este arco es otro testimonio de las murallas que rodeaban la ciudad desde finales del siglo XIV, diseñadas para proteger y salvaguardar a sus habitantes. La plaza de Bejanque, conocida también como la plaza de la Olma, alberga en su centro un olmo viejísimo y alto, uno de los pocos que han sobrevivido en Castilla al embate de la grafiosis, una enfermedad que afecta a estos árboles.
Iglesia de Santa María la Mayor de Guadalajara
Llegamos a la Concatedral de Santa María de la Fuente la Mayor de Guadalajara, comúnmente conocida como la iglesia de Santa María, un ejemplo magnífico de la arquitectura mudéjar construida en el siglo XIV. Como sucede comúnmente en esos tiempos, se construye sobre los cimientos de una mezquita del siglo XIII. El exterior del templo mantiene su estructura original. En la fachada que da a la plaza de Santa María se ubica la puerta principal, contando con dos puertas adicionales que son representaciones del estilo mudéjar, adornadas con arcos de herradura apuntados, y su construcción se distingue por el ladrillo visto que caracteriza toda su edificación.
El interior del templo está compuesto por tres naves, separadas por pilastras robustas y arcos de medio punto, que conectan con tres pórticos: el central, y los dos laterales. En la parte posterior del templo se halla un coro alto, mientras que destaca el retablo mayor, obra de Francisco Mir, que se presenta en un elegante estilo renacentista manierista.
La torre, adosada al muro meridional cerca de la cabecera del templo, alberga el campanario que cuenta con ocho campanas de diversas épocas. Su planta es cuadrada, construida con muros gruesos de mampostería revestidos de ladrillo. La torre finaliza con una cornisa de ladrillo, coronada por un chapitel, muy elegante en forma piramidal.
Torreón del Alamín
Muy cerca de la Concatedral encontramos el torreón del Alamín, una construcción defensiva del siglo XIII que sigue los modelos de la ingeniería militar musulmana. Formaba parte del cinturón de murallas que defendían la ciudad de Guadalajara en la Edad Media. Este torreón es de grandes proporciones, de planta cuadrangular, construido en mampostería con elementos de gran volumen, reforzado en las esquinas con sillería bien labrada. Su interior se divide en dos plantas cubiertas con bóvedas de ladrillo sobre pilastras centrales. La torre y el puente del Alamín constituyen un conjunto de especial interés. El Alamín es el barrio extramuros que desde la época medieval se asienta al otro lado del barranco del mismo nombre, al este de la ciudad. En la actualidad, esta construcción alberga el centro de interpretación de la muralla medieval de Guadalajara.
Palacio de la Cotilla
Ubicado en el centro de la ciudad de Guadalajara encontramos el palacio de la Cotilla o de los marqueses de Villamejor. Perteneció a esta noble familia, siendo construido en las primeras décadas del siglo XVII sobre las casas de Inés de la Cotilla, mujer hacendada de Guadalajara en el siglo XVI, por ello se le llama el Palacio de la Cotilla.
El edificio es de dos plantas, de gran superficie, siguiendo los modelos arquitectónicos de la época, con fachada sencilla de ladrillo y mampostería, portada de piedra caliza blanca, blasonada y con balconaje, destacando las fuertes rejas que defienden las ventanas. La fachada posterior da a un espacio abierto para huerta y jardín. El interior se organiza en dependencias intercomunicadas en torno a un patio central con un corredor sostenido por columnas calizas y capiteles tallados. Actualmente el edificio es utilizado como escuela municipal de artes.
En el 2023 fue declarado Bien de Interés Cultural en la Categoría de Monumento por ser “uno de los pocos ejemplos que quedan en la ciudad de la arquitectura civil del siglo XVII y por el valor patrimonial de los ornamentos y componentes arquitectónicos que atesora en su interior”. Aunque no pudimos entrar, se dice que la estancia más valiosa del Palacio de la Cotilla es el salón del té, una sala principal con muebles de estilo versallesco y elementos orientales. Este espacio cuenta con un pequeño escenario para representaciones teatrales y conciertos musicales, que eran actividades propias para el entretenimiento de la nobleza de finales del siglo XIX.
Convento de Carmelitas de San José
Cerca de la Concatedral Santa María, se encuentra el convento de Carmelitas de San José, una construcción típica del siglo XVII. Este edificio es un ejemplo del manierismo clasicista: proporciones armónicas, una estricta funcionalidad y cierta sobriedad. El conjunto (iglesia y convento) tiene una fachada de ladrillo modesta sobre zócalo de piedra. La iglesia cuenta con planta de cruz latina, de una sola nave. En el interior del templo una cúpula de media naranja se encuentra sobre el crucero y el retablo mayor, del año 1674, es de estilo barroco y ocupa todo el testero del presbiterio.
Casa Consistorial o Ayuntamiento de Guadalajara
Como se acostumbra, es en la Plaza Mayor que encontramos el edificio del Ayuntamiento de Guadalajara. La estructura actual del 1906 fue diseñada sobre la anterior del siglo XVI, en un estilo ecléctico donde contrasta su fachada con el hierro forjado de su campanario. En el interior del edificio se recogen escudos y emblemas de diversa procedencia, y se custodian las tablas de San Ginés del siglo XV.
Plaza de la Virgen de la Antigua
Desde la plaza Mayor, muy cerca, bajando por la calle doctor Mayoral puede visitarse el templo de Nuestra Señora de la Antigua, antes iglesia de Santo Tomé. La Virgen de la Antigua es la patrona de la ciudad de Guadalajara desde 1883, y su iglesia, muy transformada, se remonta al siglo XIII. De aquella época queda tan sólo el ábside mudéjar.
Mercado de Abastos
Es en la Plaza de la Virgen de la Antigua que se encuentra el Mercado de Abastos de Guadalajara. De estilo historicista y fachadas en mampostería, fue diseñado en el 1883 por el arquitecto municipal Mariano Medarde de la Fuente, y su construcción se dio entre los años 1886 y 1887, como parte de un plan de mejoras de las infraestructuras y organización urbana que llevó a cabo el Ayuntamiento de Guadalajara para ese tiempo. La ubicación del edificio se planteó en la zona de mayor desnivel de la plaza, por ello el mercado que hoy conocemos se sitúa en la planta semisótano que se usaba de almacén con accesos desde el exterior.
Torreón de Alvar Fáñez
Del siglo XIV es el Torreón Alvar Fáñez, cuyo nombre recuerda la leyenda de la reconquista de Guadalajara por Alvar Fáñez de Minaya en 1085. Es una torre pentagonal, que defendía una de las puertas de esta ciudad, llamada también Puerta de la Feria o del Cristo de la Feria.
Museo de Guadalajara/Palacio del Infantado
Inaugurado en 1838, el Museo de Guadalajara se erige como el museo provincial más antiguo de España. Desde 1973, su sede se encuentra en el majestuoso Palacio del Infantado, un edificio que data de finales del siglo XV y que representa indudablemente la mayor joya arquitectónica de la ciudad. Actualmente, el museo se ha convertido en un destacado centro de conservación, investigación, exhibición y aprendizaje del patrimonio cultural. Aprovechando al máximo los espacios de su impresionante sede, que incluye salas de exposiciones, almacenes y talleres, se ha consolidado como un vibrante centro cultural que organiza una amplia variedad de actividades en todas sus facetas.
En este edificio se puede apreciar claramente la estética del pensamiento humanista en España, especialmente en la obra del duque Íñigo de Mendoza, quien lo mandó erigir como símbolo de su poder y posición social. Desde su imponente fachada, considerada una de las joyas del arte gótico civil, hasta las exquisitas decoraciones interiores, cada rincón del edificio irradia esplendor. La colaboración entre cristianos y musulmanes durante su construcción, bajo la dirección del arquitecto Juan Guas, ha dado lugar a una fusión única de estilos, donde convergen elementos góticos, decoraciones mudéjares y un evidente espíritu renacentista. Su magnificencia es tan notable que los reyes Felipe II de Austria y Felipe V de Borbón lo seleccionaron como escenario para celebrar sus bodas, destacando aún más su importancia histórica y cultural.
Iglesia de Santiago
Desde el Palacio del Infantado, al subir por la calle Mayor, se llega rápidamente a la teniente Figueroa. A la izquierda, un modesto muro de ladrillo y una sencilla portada resguardan una auténtica joya del siglo XIV, la iglesia de Santiago, que en su momento fue parte del convento de Santa Clara. El interior de esta iglesia, que combina estilos gótico y mudéjar, se encuentra a un nivel inferior al de la calle actual y consta de tres naves, separadas por pilastras de piedra y sin crucero. Los arcos apuntados se elevan majestuosamente entre las naves, y un espléndido artesonado mudéjar se extiende por toda la nave central. Frente a su fachada principal encontramos la obra escultórica en homenaje a El Comendador, Tenorio Mendocino.
Antigua Iglesia de los Remedios
Frente al antiguo Alcázar de Guadalajara, en la plaza de los Caídos en la Guerra Civil, se alza la Iglesia de los Remedios. Este templo renacentista del siglo XVI formaba parte del convento y Colegio de Doncellas de Nuestra Señora del Remedio, que regentaban las monjas jerónimas. En su exterior resalta la bella composición del atrio, formado por tres grandes arcos de medio punto. Recientemente fue restaurada y rehabilitada como auditorio de música, situada junto a la Facultad de Educación, en el Campus de Guadalajara.
Y nos despedimos de Guadalajara, no sin antes hacer una paradita para degustar una deliciosa Tartaleta de frutas y tomarnos un café en Santagloria Coffee & Bakery, y así regresar a Madrid satisfechos de nuestra visita a esta hermosa ciudad.