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El Palacio de los Golfines de Abajo, Cáceres, España

Uno de los lugares que tuvimos la oportunidad de visitar en Cáceres fue el Palacio de los Golfines de Abajo, uno de los edificios más emblemáticos de esta ciudad. Construido entre 1510 y 1511, sobre una casa previa del linaje Golfín, una familia noble que se destacó en la Reconquista y durante más de 500 años fue residencia privada de esta familia. Desde la Iglesia de San Francisco, atravesando la Plaza de San Jorge, se puede distinguir uno de los lados de esta extraordinaria estructura.

Un dato importante es que el Palacio de los Golfines de Abajo sirvió como sede temporal de los Reyes Católicos durante sus visitas a Cáceres. Además, en este lugar se colocó uno de los pocos escudos de los Reyes Católicos que existen en toda la ciudad monumental, en señal de gratitud por los servicios prestados por la familia.

El Palacio de los Golfines de Abajo combina dos estilos arquitectónicos distintivos: una casa fortaleza del siglo XV, que cuenta con una torre y matacanes (voladizo), y una impresionante fachada plateresca renacentista del siglo XVI. Esta magnífica fachada fue impulsada por Sancho Paredes Golfín, hijo de Alonso Golfín, quien fue regidor de Cáceres y camarero mayor de Isabel la Católica. Además, promovió la creación de la sala de los Linajes, mejor conocida como la Sala de Armas, decorada con ricos artesonados y escudos familiares que reflejan su linaje y poder.

El Palacio de los Golfines de Abajo fue transformado en 2025 en un museo gestionado por la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, cuya titular fue la última heredera directa del linaje Golfín. Como Marquesa de Santa Marta y Torre de Esteban Hambrán, fundó esta institución con el propósito de conservar el palacio y destinar su patrimonio al servicio público, salvaguardando un legado que abarca más de 500 años de historia, arte y nobleza cacereña.

Gracias a la visión de Doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y a la labor de la fundación, el palacio ha preservado su valor histórico, artístico y documental, convirtiéndose en un museo vivo dedicado a honrar la memoria del linaje Golfín y a promover el servicio cultural a la sociedad mediante actividades de restauración, museografía, educación, investigación y digitalización. Tras su fallecimiento en 2012, la fundación culminó la restauración del edificio y lo inauguró como museo en 2015, abriéndolo al público para que siga siendo un espacio de patrimonio y cultura.

El museo alberga una colección de mobiliario, tapices, estatuas y documentos que abarcan desde el siglo XIV hasta el XX. Actualmente, es una de las atracciones turísticas principales de Cáceres, ofreciendo visitas guiadas que invitan a hacer un verdadero viaje en el tiempo. Estas visitas conducen al público a través de los diversos espacios del museo, exhibiendo mobiliario, documentación, objetos decorativos y retratos, brindando una experiencia enriquecedora y completa.

Uno de los espacios que sin duda debemos destacar es la Sala de Armas o de Linaje, un ejemplo excepcional que nos permite comprender hasta qué punto la nobleza imitaba los signos de prestigio y autoridad de la Corona. Como mencionamos anteriormente, fue construida en la primera mitad del siglo XVI por Sancho Paredes Golfín, quien ocupó el prestigioso cargo de camarero de la reina Isabel la Católica. La decoración tan rica de esta sala nos permite admirar y conocer los interiores de las principales habitaciones de los palacios castellanos, reflejando la modernidad de la familia en su gusto por lo italiano y el orgullo por su linaje, que se manifiesta claramente a través de las armas y la heráldica.

En 2004, se inició la restauración de la Sala de Armas o de Linajes, a solicitud de su propietaria, Doña Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Durante seis meses, se llevaron a cabo los trabajos necesarios para recuperar las pinturas murales, que estaban ocultas tras capas de cal y que, por casualidad, habían sido descubiertas poco antes durante unas obras en el palacio. Además, se restauró el artesonado policromado, se reabrieron los vanos que habían sido cegados a lo largo del tiempo y se cerraron otros para recuperar el trazado original de la estancia.

Gracias a un exhaustivo trabajo de conservación, en 2018 se restauró el patio interior, empleando técnicas originales y recuperando esgrafiados y morteros tradicionales.

Para 2023, se inauguraron nuevas salas: el comedor de gala, un dormitorio con tocador y un vestíbulo, enriqueciendo así el recorrido museístico con piezas restauradas, incluyendo mobiliario, iluminación y obras de pintura.

La Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno no solo se dedica a la protección del patrimonio material, sino que también desarrolla programas de educación ciudadana, emprendimiento local, conservación y promoción cultural dirigidos a los jóvenes de Extremadura y Castilla y León. Además, mantiene colaboraciones destacadas, como un acuerdo con el Museo del Prado para la restauración de obras de Goya y la donación de dibujos de Emilio Sánchez Perrier.

Origen y leyenda de la Familia Golfín

El apellido Golfín parece tener su origen en Flandes o Francia, derivando de variantes como Holken, Holquin o Holguín, y está etimológicamente vinculado al término sajón Wulf, que significa “lobo”. Según la leyenda, los primeros Golfines llegaron en el siglo XII, participando en la cruzada de Alfonso VIII. Tras la victoria, muchos de ellos permanecieron en España y, como “hidalgos sin patria”, se dedicaron al pillaje de ganado. Una historia de redención relata que Alfón Pérez Golfín, capitán de la familia, se enamoró de María Gómez Tello, hija del alcalde de Cáceres. Tras ganarse el perdón real, contrajeron matrimonio y él se estableció en la ciudad, sentando las bases del linaje. Posteriormente, el clan se dividió en dos ramas, dando origen a los palacios de “Abajo” y “Arriba”.