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Córdoba y su Plaza de la Corredera

Al llegar a Córdoba y luego de dejar nuestro equipaje en el hotel, salimos de inmediato a recorrer la ciudad y claro, comernos algo. Fue la Plaza de la Corredera, uno de los lugares más emblemáticos de Córdoba, el sitio escogido para esa parada alimentaria.

Entramos a la Plaza de la Corredera a través de uno de sus arcos, pues son dos los que sirven de entrada y salida, el Arco Alto y el Arco Bajo. Y, cuando dicen que es una plaza cuadrangular, no se equivocan en absoluto.

La forma rectangular y los pórticos con arcos en su parte inferior son característicos de las plazas castellanas, lo que convierte a la Plaza de la Corredera en la única de esta especie en Andalucía.

Fue el proyecto del arquitecto salmantino Antonio Ramós Valdés, quien bajo mandato del corregidor Francisco Ronquillo Briceño, construyó en 1683 un rectángulo semirregular de 113 metros de largo y 55 metros de ancho. Durante dicha construcción fueron conservados dos edificios anteriores a esta época que contrasta con la uniformidad del entorno. Estos edificios son la antigua Casa Consistorial y la cárcel y las denominadas “Casas de Doña María Jacinto”, ambos construidos en el siglo XVI y donde fue respetado su valor artístico.

Las actividades que se llevaron a cabo a lo largo del tiempo en la Plaza de la Corredera fueron diversas. Entre las celebraciones que aquí acontecieron está la que se festejó la victoria de Lepanto contra los turcos, en 1571. Sin embargo, fueron las corridas de toros, el espectáculo más recurrente en la Plaza de la Corredera y es de ahí que se deriva su nombre. Grandes personalidades, como el Rey Felipe IV o el propio Cosme de Medici, fueron testigos de las grandes corridas celebradas en esta plaza. Sin embargo, no todos los actos fueron festejos, ya que, por ejemplo, la Plaza de la Corredera fue el lugar elegido por La Inquisición para celebrar sus autos de fe. Así también, la plaza fue testigo de ejecuciones. Se dice que el mismo verdugo vivía en la plaza por si había alguna “urgencia”. La última ejecución llevada a cabo en la Corredera tuvo lugar en 1838, mientras que la última corrida de toros se llevó a cabo en 1846, una vez fue construida la plaza de toros de los Tejares.

Hasta el siglo XX, la plaza de la Corredera fue el centro del comercio cordobés más importante. Y es precisamente a mediados del siglo XX, que el alcalde de Córdoba, Antonio Cruz Conde, aprueba definitivamente el derribo del mercado para realizar uno en el subsuelo de la plaza. Durante dicha demolición se encontraron doce mosaicos romanos que fueron rescatados y restaurados. Debido a que el Alcázar de los Reyes Cristianos estaba siendo restaurado se decidió el traslado de ocho de los doce mosaicos para decorar las estancias. Hoy podemos encontrarlos expuestos en el Salón de los Mosaicos del Alcázar. De acuerdo con este hallazgo, se cree que la Plaza de la Corredera está levantada sobre los restos del antiguo circo romano.

El 18 de diciembre de 1981 fue declarada Bien de Interés Cultural y en 1986 se acordó la rehabilitación de la Plaza de la Corredera, culminando las obras el 9 de diciembre de 2001.

Hoy en día, en la Plaza de la Corredera podemos encontrar numerosos cafés y bares de copas, donde se puede complacer el gusto más exquisito, o simplemente sentarse a disfrutar de su entorno lleno de historias y festividades.

 


Fuentes consultadas:

  • https://es.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_la_Corredera
  • https://www.artencordoba.com/plaza-corredera-cordoba/
  • https://www.disfrutacordoba.com/plaza-corredera
  • https://www.inspain.org/es/cordoba/cordoba/plaza-de-la-corredera/
  • https://www.turismodecordoba.org/plaza-de-la-corredera