Cuando se visita Roma, hay que cruzar la fronteras para entar al “Stato della Città del Vaticano”, la Ciudad Estado del Vaticano. Su Fundación vino como consecuencia del Tratado de Paz y Pactos de Letrán en el año 1929. Hasta ese momento, Roma y los Estados Papales eran una nación soberana de lo que hoy conocemos como Italia.
Una de las entradas comúnmente usadas por turistas para entrar al Vaticano es a través del “Musei Vaticani”. El “Musei Vaticani” realmente es un complejo de varios museos dedicados a diferentes tipos de obras que incluyen: pinturas, artefactos religiosos, esculturas y mucho más. Se pueden apreciar obras que forman parte de los edificios, que aunque por separado, complementan las obras que se exhiben.
Entre los museos a visitar se encuentran: la Pinacoteca Vaticana (pinturas), Museo Pio (Pio VI) -Clementino (Clemente XIV), Chiaramontiu (fundada por Pio VII), Gregoriano – Etrusco (fundada por Gregorio XVI), Gregoriano – Egiziano y el Museo Historico (fundada por Paulo VI). Los museos cuentan con obras de los grandes maestros como Rafael, Leonardo da Vinci, Michelangelo, entre otros.
Es tal vez, dentro de una capilla, que hayamos una de las obras más impresionantes, la Cappella Sistina. Esta es la capilla oficial y “privada” del Palacio Papal, residencia del Papa. Pintores renacentistas que incluyeron a Sandro Botticelli, Pietro Perugino, Pinturicchio, Domenico Ghirlandaio, Cosimo Rosselli y Luca Signorelli fueron partícipes de la creación de los frescos de la Cappella Sistina. Sin embargo, la capilla se reconoce como la obra pictórica magistral del escultor Michelangelo di Lodovico Buonarroti Simoni, o simplemente, Michelangelo.
Michelangelo pintó la bóveda de la Cappella Sistina por orden del Papa Julio II. La obra del “Juicio Final” es pintada entre los años 1536 a 1541 bajo los papados de Clemente VII y Paulo III. Todas las obras fascinantes de la Cappella Sistina solo se pueden disfrutar en persona, estando allí. Al no permitir la toma de fotografías dentro del recinto, solo en la memoria, se pueden guardar esas imágenes de apóstoles, sibilas, la Creación, el Juicio Final. La Cappella Sistina hay que vivirla.