En las afueras de la antigua ciudad amurallada de Santiago de Compostela en Galicia, España, específicamente en un predio de terreno conocido como “Val de Deus”, entonces propiedad del Monasterio de San Martiño Pinario, fue que el propio San Francisco de Asís había destinado la construcción de un convento e iglesia que más tarde llevaría su nombre.
Según la leyenda, San Francisco de Asís hizo su peregrinación a Santiago de Compostela en el año 1214, con el deseo de construir un convento en el Valle de Dios.
La tarea le fue delegada al carbonero llamado Cotolai (o Cotolay), cuyos restos descansan en el claustro principal del recinto. Esa primera estructura desaparece a principios del Siglo XVIII. La reconstrucción de las instalaciones que actualmente se observan de estilo barroco, comenzaron en el 1742.
En la actualidad, parte de lo que era el claustro, lo ocupa una hospedería pequeña que sirve de albergue de transeúntes y que además cuenta con un centro cultural.
La iglesia cuya entrada se ubica por debajo del nivel de la Rua do Campiño de San Franscisco, tiene una planta al estilo «jesuítico», en forma de rectángulo y planta de cruz latina de tres naves. La nave central es de cinco tramos con bóveda de cañón y cúpula de media naranja. Las naves laterales se encuentran debajo de las tribunas. La fachada, aunque barroca, incluye en la parte superior elementos del estilo neoclásico. La Iglesia cuenta con dos torres de campanarios.
Al nivel de la calle que da entrada al Convento de San Francisco de Valdediós, se observa la estatua que sirve de monumento en honor a San Francisco.