En la cima de la colina más alta del barrio Alfama, se encuentra lo que desde el siglo XII se conoce como el “Castelo de São Jorge” o Castillo de San Jorge. El Castillo cuenta con once torres y se atribuye su edificación de mediados del siglo XI a los musulmanes, con el propósito de defender el Alcazaba.
El Castillo guarda muchas similitudes con otras estructuras defensivas de origen moro que se encuentran por toda la Península Ibérica. Sin embargo, hallazgos arqueológicos del Siglo XX parecen a confirmar la existencia de otras fortificaciones en este lugar que datan de la ocupaciones de los fenicios, griegos y cartaginenses y eventualmente por los romanos. Además, hay versiones que argumentan que fueron los visigodos los primeros en construir una fortificación militar en esta cima en el Siglo V.
El Castillo de San Jorge albergaba una serie de edificios como parte de la Alcazaba o ciudadela. Entre ellos se encontraba lo que era el antiguo palacio real del primer Rey de Portugal, Afonso Henriques o Afonso I. Afonso Henriques fue responsable de grandes modificaciones al Castillo. El Castillo ha estado sujeto a trabajos de reconstrucción continuos a través de los siglos. Principalmente, su reconstrucción luego del terremoto de Lisboa en el 1755 y nuevamente en el 1938, momento en que la estructura es totalmente restaurada.
El Castillo de San Jorge se extiende por aproximadamente 6,000 metros cuadrados y además de sus torres, cuenta con patios extensos, las ruinas del palacio real y un aljibe. Cuentan con un museo, lugares para comer, una comunidad de pavos reales y vistas impresionantes de la ciudad y el estuario del río Tajo.
Subir a la cima puede ser un gran reto. Encontramos que la ruta menos empinada parte desde el Mirador de Santa Luiza continuando luego por la Chao da Feira hasta llegar al Arco del Castillo, la entrada principal al recinto y el “Bairro do Castelo”. Recomendamos visitar el lugar temprano en el día o en el atardecer.