La Mezquita Catedral de Córdoba, sufrió una serie de ampliaciones y de acuerdo a la riqueza de los materiales podemos distinguir definitivamente, que las primeras ampliaciones fueron las más ricamente ornamentadas. En el 822, Abderraman II amplió la sala de oración en ocho tramos hacia el sur, con una clara influencia abbasí en la decoración, fruto de los contactos políticos con el califato oriental y de la llegada de personajes de Oriente a la Península.
La última gran ampliación ocurrió a finales del siglo x. La caída del califato se observó en la pobreza de materiales empleados en esta zona. Ante la imposibilidad de realizar un aumento hacia el sur, debido a la próxima ubicación del río Guadalquivir, Almanzor opta por añadir ocho naves más en dirección este.