Siempre decimos que cada ciudad tiene su encanto y Badajoz tiene lo suyo. Ubicada en la zona de Extremadura, España, Badajoz posee un patrimonio cultural y artístico muy rico y, es conocida por su gran cantidad de edificios y sitios históricos. Una de las construcciones que más impresionan de esta ciudad extremeña y uno de sus atractivos turísticos principales es la Plaza Alta que data de los siglos XV al XVII.
La Plaza Alta de Badajoz fue el corazón de la ciudad durante mucho tiempo, especialmente cuando la Alcazaba empezó a quedarse pequeña. Es probable que la plaza se asentara sobre las casas islámicas que rodeaban la Alcazaba en su día. En las reformas realizadas a la Plaza Alta en 1458, se construyeron portales con arcos en piedra y ladrillo, cubriendo los puestos del mercado, convirtiendo a ésta en poco tiempo, en un lugar de reunión de comerciantes. Diversos archivos documentan que en esta plaza se llevaron a cabo autos sacramentales, carreras de caballos, representaciones teatrales y ejecuciones públicas.
La construcción de la Plaza Alta fue idea del Cabildo Catedralicio de la época, y el estilo renacentista, dominante en aquel siglo, fue el elegido. Gracias a ello, el conjunto posee espacios amplios, que contrasta con el carácter medieval, cerrado y defensivo que imperó en tiempos más antiguos. La configuración de la plaza a finales del siglo XVII, se le atribuye al obispo Juan Marín de Rodezno, a quien se le rinde homenaje por medio de una estatua colocada en una esquina de esta.
Las reformas y mejoras en la Plaza Alta de Badajoz se han prolongado a lo largo de los siglos, eso incluye a las Casas Coloradas, uno de los símbolos de la plaza. Tanto sus colores como sus figuras geométricas resaltan de inmediato a la vista, haciendo de la Plaza Alta un lugar único.
La Plaza Alta está rodeada de otros edificios y puntos interesantes, así que visitarla es casi obligatorio en cualquier ruta por Badajoz. Por ejemplo, detrás de la plaza está la Alcazaba, y a pocos pasos, el Ayuntamiento antiguo, además se distingue la Torre de Espantaperros, también conocida como Torre de la Atalaya.
Disfrutar y saborear la gastronomía tradicional de Badajoz, desde su Plaza Alta, es definitivamente, tarea obligada.