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Catedral del Salvador, Zamora, España

Desde la plaza de la Catedral se puede observar la catedral más pequeña y antigua de las once de la Comunidad de Castilla y León. Dedicada al Salvador, está situada en el punto más alto de la ciudad de Zamora y pertenece al denominado Románico del Duero. En 1889 fue declarada Monumento Nacional. Con relación a las fechas de inicio y final de las obras de la catedral, no hay un acuerdo entre los historiadores. Se dice que fue construida por un solo maestro y que fue terminada en 1174 coincidiendo con el reinado de Alfonso VII.

Al detenernos frente a la Catedral de Zamora se destacan dos de los tres elementos que la distinguen, su cimborrio de influencia bizantina y su Torre del Salvador.

El cimborrio de la Catedral de Zamora encabeza el grupo de cimborrios del Duero, también denominados cimborrios leoneses o incluso cimborrios bizantino-leoneses. Está considerado el más antiguo, sirviendo de modelo para los cimborrios de la Catedral Vieja de Salamanca, la Colegiata de Toro y la Catedral Vieja de Plasencia. Al construirse durante el periodo de transición del románico al gótico en los límites geográficos del Reino de León, estos cimborrios se caracterizan por su influencia francesa y lombarda, adornados con decoración de escamas y de bolas. El cimborrio de la Catedral de Zamora está levantado con cuatro torres angulares, además de columnas, arquillos ciegos y capiteles que lo convierten en un elemento de gran belleza para esta catedral.

La Torre del Salvador de la Catedral de Zamora cuenta con 45 metros de altura y se construyó a lo largo del siglo XIII, aunque el estilo es románico. El campanario de la torre posee una planta amplia, de construcción algo posterior. Junto con el cimborrio, la Puerta del Obispo, en la fachada sur, es quizás la pieza más valiosa de la Catedral.

El interior de la Catedral de Zamora es una maravilla. Su planta es de cruz latina con tres naves, contando originalmente con tres ábsides, que se sustituyeron en el siglo XV por los actuales de estilo gótico. Cuenta con Capilla Mayor, Coro, ocho capillas, Claustro, Museo Catedralicio, Trascoro, Sala Capitular, entre otros.

Vale la pena llegar hasta el Museo Catedralicio, para disfrutar de la colección de tapices, que es espectacular y uno de los atractivos de este templo.

La Capilla Mayor está elaborada con una bóveda de crucería estrellada hoy prácticamente tapada por un gran escudo de Carlos V. Justo debajo se encuentra el Retablo Mayor, una joya de estilo neoclásico compuesto por un pedestal con columnas corintias guardado por las estatuas de San Ildefonso y San Atilano.

El Coro se construyó entre 1512 y 1516, por Juan de Bruselas y, después del Cimborrio, se dice que es la parte de la Catedral que a más estudiosos, curiosos y entendidos ha interesado a lo largo de los siglos. Tiene forma de U, se divide en dos pisos y en total tiene 85 sitiales. Su sillería se destaca por la abundancia de temas de carácter profano: escenas basadas en fábulas, proverbios, refranes, mitología y también de la vida cotidiana. La reja gótica que lo cierra es sencilla, pero a la vez, grandiosa, porque cuenta con una calidad extraordinaria.

Del Claustro original, nada queda, ya que se destruyó en el incendio que sufrió la Catedral en el año 1591. El claustro nuevo fue diseñado por Juan del Ribero Rada en estilo herreriano. Está compuesto por cuatro naves que rodean un patio a través de cinco arcos de medio punto. Se caracteriza por ser sobrio y carecer de ornamentación. Desde el claustro se accede al Museo Catedralicio.

La Puerta del Obispo, es la única de las tres portadas románicas de la Catedral del Salvador que ha llegado hasta nuestros días. Junto al cimborrio, es la pieza más valiosa de todo lo románico de la Catedral de Zamora, siendo un ejemplo de decoración arquitectónica, con muy poca escultura. Se encuentra frente al Palacio Episcopal, por eso se le conoce como la Puerta del Obispo. Su construcción corresponde con la fase principal de edificación de la catedral, a finales del siglo XII. En ella se integran diversos elementos decorativos clásicos.