Desde hace mucho tiempo admiramos fotografías, relacionadas a las vidrieras o vitrales de Sainte-Chapelle o la Santa Capilla de París. Ninguna foto le hace honor a la maravilla que uno encuentra al llegar allí. Es un privilegio presenciar en vivo y a todo color tanta belleza concentrada en un espacio relativamente pequeño. Y, aunque no es comparable a la Catedral de Notre-Dame, la Sainte-Chapelle es una joya del arte gótico, siendo considerada una de las obras cumbre de la arquitectura gótica.
La Sainte-Chapelle fue construida entre 1242 y 1248, tomando tan solo siete años levantarla. Está considerada una de las obras cumbre del período radiante de la arquitectura gótica, que se ubica entre ca. 1240 y 1350, y que coincide en gran medida con el reinado de Luis IX (1226-1270). La iglesia, junto a la Conciergerie, convertido en tribunal revolucionario y cárcel de María Antonieta, es de lo poco que queda del Palais de la Cité.
Originalmente, la Sainte-Chapelle se construyó para servir de relicario, albergando una de las reliquias más preciadas de la cristiandad, la Corona de espinas de Jesucristo, adquiridas por San Luis, y un trozo de la Santa Cruz. En la actualidad, no guarda ninguna de las reliquias que albergó tras su construcción y las que sobrevivieron a la Revolución, fueron depositadas en el Tesoro de la Catedral de Notre-Dame.
La estructura de la Sainte-Chapelle está compuesta por dos plantas: la capilla superior y la capilla inferior. La capilla superior estaba dispuesta solo para el rey San Luis de Francia y sus allegados, y fue precisamente el lugar donde se colocaron las reliquias.
La capilla inferior, que es ahora la entrada general al santuario, es mucho más discreta y menos luminosa. Estaba designada como el lugar de culto del personal del Palais de la Cité. Aún así, tiene unos detalles muy hermosos que no se escapan a la vista. La capilla inferior está presidida por la estatua de la Virgen, patrona del santuario. La decoración policromada del interior, donde predominan el color rojo y el azul trata de reproducir la decoración medieval original. En el ábside de la izquierda aún se conserva un fresco de la Anunciación realizado en el siglo XIII, que compone el mural más antiguo de la ciudad.
Regresando a la capilla superior de la Sainte-Chapelle, fue construida como un relicario monumental, por lo que está decorada suntuosamente con esculturas y enormes vidrieras que inundan la estancia de luz y color. Por eso algunos historiadores del arte le llaman popularmente “la cajita de cristal” de la capital gala.
Gracias a las innovaciones del sistema constructivo gótico, prácticamente carece de soportes murales, es decir, paredes, existiendo en su lugar multitud de vanos o ventanas, que filtran la luz a través de las vidrieras policromadas.
Las quince vidrieras están compuestas por 1,113 escenas que narran la historia de la humanidad, desde el Génesis hasta la Resurrección de Cristo. Son escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento plasmadas en 15 vidrieras de 15 metros de altura. ¡Una maravilla!
Las vidrieras de la Sainte-Chapelle se caracterizan por sus figuras masculinas de proporciones esbeltas, de cabeza más bien redonda sin barbilla pronunciada, envuelta en un abrigo que enfatiza la silueta, con pliegues suaves. Entre los complementos, suele haber un árbol con hojas de alcachofa.
Aunque durante el periodo revolucionario la Sainte-Chapelle sufrió numerosos destrozos, sus vidrieras tan valiosas lograron mantenerse a salvo gracias a los esfuerzos de conservación empleados a lo largo del tiempo.
Nos reafirmamos que la Sainte-Chapelle, es una joya del arte gótico y que sólo hay una forma de disfrutar de su majestuosidad, visitándola.
Fuentes consultadas:
http://www.sainte-chapelle.fr/es/
https://www.civitatis.com/es/paris/entrada-conciergerie-sainte-chapelle/
https://www.paris.es/sainte-chapelle
https://es.wikipedia.org/wiki/Sainte-Chapelle