Durante tiempos medievales, el punto de reunión popular en Santiago de Compostela (Galicia, España) se conocía como el “Foro”, lugar donde los pregoneros anunciaban la información del municipio y el Arzobispado. El lugar luego se convirtió en el centro mercantil de la ciudad ganándose el nombre de “Plaza do Campo”. Más tarde se le conoció como Plaza de Cervantes.
En esta plaza los campesinos vendían alimentos y otras mercancías.
Una vez se abandona esta plaza, a causa de la construcción del Mercado de Abastos, a partir de finales del siglo XIX, el área toma el nombre de Plaza de Cervantes.
Un busto del creador de “Don Quijote” corona la fuente en dicho lugar.