Anclado en la margen del río Tajo, en Belém, encontramos el Monumento a los Descubrimientos, popularmente conocido en Lisboa, Portugal, como Padrão dos Descobrimentos. El monumento construido en 1960, sirve para conmemorar los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante, descubridor de Madiera, Las Azores y Cabo Verde.
Fue encargado por el régimen de António de Oliveira Salazar, cuenta con 52 metros de altura y celebra a los marineros, patrones reales y todos los que participaron en el desarrollo de la Era de los Descubrimientos. Los autores de la obra fueron el arquitecto José Ângelo Cottinelli Telmo y el escultor Leopoldo de Almeida.
La escultura tiene forma de punta de carabela sobre la cual el Infante Enrique (Henrique) lidera a numerosos personajes que tuvieron grandes descubrimientos para Portugal. Entre ellos encontramos al Rey Alfonso V, Vasco da Gama, Afonso Baldaia, Pedro Alvares Cabral, Fernando de Magallanes, Ferdinan el Santo, Joao Goncalves Zarco entre muchos otros.
Antes del monumento que vemos hoy, se construyó otro en el 1940, con carácter efímero como parte de la Expo del Mundo Portugués.