Los frescos románicos que encontramos en el interior de la Antigua Ermita del Cristo de la Luz de Toledo, España, datan del primer cuarto del siglo XIII. Aunque muestran su deterioro, podemos observar una obra lograda con gran estilo. Los frescos representan al habitual «Maiestas Domini» o Cristo en Majestad, acompañado de los cuatro signos Tetramorfos, o la representación de los evangelistas.
Lo mejor conservado es la imagen de Cristo portando el libro y con su mano derecha en posición de bendición. El fondo de la almendra mística es de color azul con estrellas, representación de la bóveda celeste. La otra figura bien conservada y restaurada es el águila que representa al evangelista San Juan en la esquina superior derecha. En la parte inferior derecha aparece el cuerpo, excelentemente perfilado, del león de San Marcos, aunque la cabeza está perdida.