Llegamos a la Alhambra y confirmamos que el Palacio de Comares, es en efecto, una de las grandes joyas de este recinto. Lo observamos detalladamente, como si grabáramos en nuestras mentes cada elemento que lo hacía único. Disfrutarlo fue un todo un privilegio.
El Palacio de Comares fue construido por el Sultán Yusuf I, siendo su residencia oficial y el lugar donde se encontraba la sala del trono. La sala del trono, también conocida como el Salón de Embajadores, fue donde Yusuf I recibía en audiencia e impartía justicia a sus súbditos. Se encuentra dentro de la Torre de Comares, que es la más alta de la Alhambra con 45 metros. Desde allí se domina el valle del Darro.
Yusuf I deseaba que la decoración de su residencia oficial dejara maravillado a todo aquel que lo visitara, así que lo logró exquisitamente. Este palacio está compuesto por un conjunto de dependencias agrupadas en torno al Patio de los Arrayanes, con galerías porticadas en los extremos.
El Patio de Comares o de los Arrayanes, el núcleo principal del palacio. Su nombre parte de los grandes macizos de esta planta, también llamada mirto, que bordean la alberca (estanque) en sus lados mayores. En tiempos antiguos en su huerto-jardín se plantaron árboles frutales bajos y aromáticos, como el granado y el naranjo, y de arrayanes. Es un patio clásico de tipo arábigo-andaluz y la alberca tiene un papel muy importante en la definición arquitectónica y estética del Palacio de Comares. Al reflejarse la estructura en el agua, a manera de espejo, rompe de cierta forma la excesiva horizontalidad del espacio y le da un mejor balance.
En los lados mayores del patio se encuentran las viviendas de las cuatro mujeres del sultán, compuestas de planta baja y alta sin comunicación interior entre ellas; es necesario salir al patio para subir por las escaleras correspondientes, que se abren en las puertas pequeñas. Muy sabio el Sultán, al no permitir que una vivienda y otra se comunicaran entre sí.
La planta baja era más utilizada en verano y la planta alta en invierno. Las salas bajas, a las que se accede por un arco ancho, son alargadas con alcobas o alhanías* a ambos lados. La luz natural entraba por las ventanitas con celosía que hay sobre el arco de entrada, que también servían para permitir la circulación del aire y por ende dentro de las salas se sentía la temperatura más fresca. Estas son las estancias típicas femeninas donde se hace la vida cotidiana y privada de la familia.
Los pórticos tienes siete arcos semicirculares, siendo mayor el central, de paños de yeso calados. Sobre el pórtico sur se elevan dos plantas, una con siete ventanas con celosías de madera, siendo la central doble, y otra superior ésta con una galería sobre el patio. Las dependencias del pórtico sur quedaron destruidas al construirse el palacio de Carlos V, que se adosa a éste. Era en estas estancias que se destruidas que vivían los hijos varones del sultán y con ellos sus educadores; estaban separados de la estancia del sultán, pero controlados por él.
*“alhania” significa alcoba, cámara donde se duerme. Del árabe haniya.