La Santa Apostólica y Metropolitana Iglesia Catedral de Santiago de Compostela es el hogar del sepulcro del Apóstol Santiago, conocido como Santiago el Mayor, además de marcar el final de las peregrinaciones por los Caminos de Santiago.
Según la historia, el Apóstol Santiago difundió las buenas nuevas de Cristo por toda la Península Ibérica. Sin embargo, a su regreso a Jerusalem, fue decapitado y sus restos trasladados a Galicia. La leyenda cuenta que el ermitaño Pelayo, descubre la tumba del apóstol en el año 814 al ver unas luces extrañas en la noche. El obispo Teodomiro de Iria declara el suceso como un milagro y el Rey Alfonso II de Asturia ordena la construcción de una capilla en el santo lugar. Al poco tiempo se sustituye con una iglesia y comienzan las peregrinaciones al lugar santo. Sin embargo, el templo fue destruido por Almanzor quien estaba a cargo de el ejército del califa de Córdoba y la invasión de los Moros hacia el norte de la península.
En el año 1075, luego de la reconquista de la cuidad por los cristianos de León y Castilla, comienza la construcción de la Catedral siguiendo los planos de la Iglesia Francesa, San Sernín de Toulouse de estilo románico. El material empleado en su construcción fue el granito. Inicialmente, se completaron las obras principales en el año 1122 y se consagró la Catedral en el 1128.
En el 1168 comienza la última etapa de construcción a cargo del maestro Mateo a quien se le encarga la cripta y el Pórtico de la Gloria. La Catedral continuó siendo ampliada entre los siglos XVI al XVIII. Al día de hoy, en el Siglo XXI, aún continúan los trabajos de restauración de la Catedral de Santiago, con el fin de poder disfrutarla por muchos años más.
El interior de la Catedral consta de la planta baja en cruz latina de tres naves. El antiguo cimborrio al estilo romano fue reemplazado por uno gótico que es el que se aprecia actualmente. Detrás del altar mayor, se encuentra la girola que consta de varias capillas románicas absidales. Una segunda planta demarca la cruz latina del templo.
El exterior de la catedral es igualmente impresionante con sus fachadas del Obradoiro, de las Platerías, de Azabachería y de la Quintana. Adjunto a la Catedral por sus laterales se encuentran el claustro y el Palacio de Gelmírez.
Describir nuestros recorridos por la catedral, sus detalles, belleza, historia, resultaría en un escrito interminable. Por lo cual, solo podemos decir que es una experiencia que debe ser vivida. Una vez vivída, repetirla.