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Castillo de San Cristóbal, Viejo San Juan, Puerto Rico

Por mucho tiempo observábamos el Castillo de San Cristóbal en el Viejo San Juan (Puerto Rico) reconociendo que es una estructura militar muy bien pensada y lograda. En nuestra visita confirmamos lo adelantados que estaban los españoles en cuanto a conocimientos estratégicos militares, convirtiendo el Castillo de San Cristóbal en la fortificación más grande de las Américas.

 

Todo comienza cuando el primer gobernador de la Isla, Don Juan Ponce de León, en el 1521 traslada la capital a la isleta llamada Puerto Rico*, que gozaba de una gran bahía que permitía la entrada a la Isla mayor de San Juan Bautista*.

Para proteger la bahía se comienza construyendo el fuerte La Fortaleza. Es en el siglo XVI que se construye el Castillo de San Felipe de El Morro en la misma punta de la entrada a la bahía, siendo la primera línea de defensa de los ataques por mar a la ciudad de Puerto Rico*. Como tantas construcciones, se realiza por etapas.

En el 1764, el rey Carlos III ordena una revisión de las defensas de la ciudad de Puerto Rico, encargándole dicha tarea al Mariscal Alexander O’Reilly. Encontrando O’Reilly una gran vulnerabilidad a un ataque por tierra, le encarga al ingeniero Tomás O’Daly desarrollar las líneas de defensas, reforzando el Fortín del Espigón y la Garita del Diablo (construidas en el 1634), entre otras. Así comienza la historia y expansión de lo que se convertiría en la fortificación más grande de las Américas, el Castillo de San Cristóbal. Fue el ingeniero Juan Francisco Mestre quien completó las obras.

El Castillo de San Cristóbal cuenta en su Plaza de Armas con cuarteles para los oficiales, pozos que se nutren de una gran cisterna, barracas para los soldados y la Capilla de Santa Bárbara.

Pudimos desplazarnos a través de su sistema de túneles, experimentando de cierta forma, cómo los soldados podían trasladarse con rapidez entre una estructura y otra, sin poder ser vistos por la fuerza enemiga.

Fue en los túneles que encontramos un calabozo muy particular. Aquí se aprecian dibujos de barcazas realizados por algún prisionero con gran talento. Estos dibujos están muy bien protegidos y se pueden apreciar a través de un cristal.

Los diferentes niveles y formas de las estructuras que componían el Castillo de San Cristóbal, servían para confundir tremendamente al enemigo. Una pequeña fuerza de soldados colocados en un punto, podían dar la impresión de que eran una cantidad mucho mayor, al desplazarse a otro punto con suma rapidez.

Esta línea de defensa cubriría 27 acres de terreno, protegiendo la isleta de norte a sur y hacia el este.

El Castillo de San Cristóbal estaba compuesto por un hornabeque, que no es otra cosa que una fortificación exterior que sirve de punto de defensa contra tropas enemigas. Lograba obligar a la artillería enemiga a situarse más lejos de la fortificación principal para que no llegasen a dañarla. El hornabeque se rodeaba por fosos secos para hacer el acceso aún más difícil.

Observamos que la construcción llegó justo hasta las murallas de la ciudad, cuyas entradas consistían de dos puertas con puentes elevadizos.

Al final de la explanada se encuentra la tercera y última línea de defensa, el Abanico que contaba con sus tres cañones. Y sí, literalmente tiene forma de abanico. A su lado y hacia el mar, se encuentra la Batería de la Princesa, con un polvorín entre ambas estructuras.

Izq – Garita reconstruida en el Castillo de San Cristóbal, Viejo San Juan, Puerto Rico. Se observa el Océano Atlántico. Der – Una de las garitas que encontramos en nuestro recorrido

A través de los años el Castillo de San Cristóbal tendría más modificaciones o mejoras. Las últimas se realizaron durante la Segunda Guerra Mundial por el ejército de los Estados Unidos de América. Su línea de defensa fue especialmente contra los submarinos alemanes y para proteger sus intereses en el Caribe.

 

Esa estructura reemplazaría la garita antigua que conocemos. Nos parece un poco «espacial» y moderna para principios del siglo XX.

 

Vista del Océano Atlántico a través del interior de la «garita» construida por el ejército de los Estados Unidos, luego de arrebatarle a España su colonia.

La presencia militar en este fuerte concluye en el 1961, cuando el ejército estadounidense cierra las instalaciones bajo el comando de «Fort Brooke”. Entre esas instalaciones se encuentran: San Felipe de El Morro, Fort Brooke, el Castillo de San Cristóbal, entre otras. Estas estructuras históricas militares pasaron a manos de Parques Nacionales de los Estados Unidos, quienes hasta el presente mantienen su custodia y protección.

 

* Los nombres de la ciudad y la isla se invirtieron más tarde, Puerto Rico (ciudad) se convirtió en la ciudad de San Juan Bautista y la isla de San Juan Bautista (como originalmente la llamó Cristóbal Colón) se convirtió en Puerto Rico.

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