El Castelo dos Mouros o Castillo de los Moros fue toda una experiencia al visitar Sintra, Portugal. Aunque algunos asumen el reto de subir a pie, nosotros preferimos montarnos en el autobús que nos llevó directo al castillo. Por qué? El Castillo de los Moros se levanta sobre una de las cumbres de la sierra de Sintra, específicamente en la parroquia de São Pedro de Penaferrim en la villa de Sintra, Portugal.
Esta fortificación se edifica entre el siglo VIII y IX con el fin de controlar las vías terrestres que conectaban al Océano Atlántico con Lisboa. Tal como lo sugiere su nombre, fue construido por los Moros durante su invasión de la península ibérica. El control sobre este Castillo cambió de manos en muchas ocasiones durante las guerras de Reconquista de la península ibérica. Por ejemplo, estuvo en manos del Rey Alfonso VI de León y Castillas por muy poco tiempo para volver a manos musulmanes en el 1095. Finalmente, en 1147, es rescatada por Don Afonso Henriques.
Desde mediados del siglo XIX se han realizado trabajos de reconstrucción y mantenimiento del Castillo de los Moros. Es bajo el rienda de Maria II y su marido Fernando II entre los años 1834 – 1853 que se realizaron los primeras obras de reconstrucción. Precisamente ellos, se dan a la tarea de convertir el Castillo en una atracción turística, acondicionando miradores y caminos de acceso. En el 1910 es declarado Monumento Nacional. Partes de las murallas son reconstruidas en el 1939. A partir de ese momento, obras de mantenimiento y reconstrucciones menores fueron realizados en el 1954, 1965, 1986 y 1992.
En el 1995 es declarado junto con otros castillos y palacios en Sintra como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Las murallas son construidas en cadena doble, o sea constan de una pared exterior y otra interior. Cuenta con cinco (5) torres; c (4) cuatro rectangulares y una (1) de planta circular coronadas por bases piramidales. La Torre Real se encuentra en la parte mas elevada del complejo y para llegar a ella hay que subir por una escalera de 500 escalones. Todo un reto esta subida por la orilla de la muralla que doblega hasta el más fuerte de los hombres.
El Castillo cuenta con su propia capilla consagrada a San Pedro que fue construida en la época de Don Afonso Henriques. Junto a la iglesia se encuentra una gran cisterna que data desde la invasión mora y se nutre de un manantial que también proveía agua al Palacio Nacional de Sintra.