“Si alguien quiere, no hace falta que vaya hasta el infierno, puede venir al Retiro a visitar al Ángel que por desobediencia y envidia, se convirtió en estatua de bronce para quedarse a vivir aquí, por ser el mejor sitio que se vigila desde el cielo.” – Blog “ Viendo a Madrid”.
La estatua del Ángel Caído del Parque del Buen Retiro en Madrid es sin lugar a dudas, una muy hermosa no importa desde cuál punto la observemos. Encontramos la estatua de Lucifer precipitado desde el cielo y aprisionado por serpientes que amarran sus brazos y piernas. Se observa su figura en contorsión, apoyado sobre un tronco de madera. Con un cuerpo hecho a la perfección y sus alas extendidas, lleva el brazo izquierdo hasta la cabeza, mientras que las serpientes rodean su brazo derecho y sus piernas.
Es el ángel más hermoso, que por desafiar y desobedecer a Dios, cayó del paraíso a la tierra. Con un gesto de consternación y espanto, mira hacia el cielo convertido en Satanás, despechado, con odio y gran soberbia por haber sido vencido y arrojado del Paraíso a los abismos del mal.
Fue una estatua que causó gran revuelo en los años del 1930 – 1940 donde sectas satánicas se reunían a su alrededor. En un momento se llegó a plantear la retirada de la estatua del Retiro. Entre las historias que se crearon alrededor de la estatua por quienes tienen creencias maléficas, era que se consideraba como una puerta al Infierno. Un dato que apoya este pensamiento es relacionado a la ubicación de la figura: a 666 metros sobre el nivel del mar. ¿Coincidencia? Posiblemente.
El escultor madrileño Ricardo Bellver construyó la obra originalmente en yeso para competir en la Exposición Nacional de Bellas Artes en 1877, donde ganó el primer premio. El Estado adquirió la obra por 4.500 pesetas y la presentó en la Exposición Universal de París cuatro años después de su elaboración. Para dicha exposición hubo que fundir la estatua en bronce. Una vez finalizada la exposición, la estatua regresó para exponerse en el Museo Nacional. En el 1879, el director del Museo, Benito Soriano Murillo, propone que la estatua debe ser colocada al aire libre donde todo el mundo pudiera contemplarla. Se dona entonces al Ayuntamiento para colocarse en los Jardines del Buen Retiro. Sin duda, el Ángel Caído, cayó en varios lugares antes de aterrizar finalmente y fijarse en el Parque del Retiro donde todos podemos disfrutarlo.
El arquitecto Francisco Jareño fue el encargado de diseñar el pedestal donde se montaría la escultura. La base consiste de un pedestal octagonal, con caras de diablos en cada lado, que sujetan peces, lagartos y serpientes, con tres surtidores cada cara y alojado en una fuente con pilón, construido todo en granito, piedra y bronce.
Es una gran obra que nadie debe perderse al visitar el Parque del Buen Retiro.