Por sus grandes dimensiones es catalogada por algunos, como el “Escorial tabaquero”, o el Palacio de la Industria. De seguro no se equivocan, la Fábrica Real de Tabacos de Sevilla, es sin duda, el edificio industrial de mayores dimensiones del siglo XVIII y de mejor arquitectura de su género en España. Además, es uno de los más antiguos de esa tipología que se conservan, siendo la sede de la primera fábrica de tabacos establecida en Europa.
La Fábrica Real de Tabacos tiene la calificación de Bien de Interés Cultural desde 1959, con categoría de Monumento Histórico. Desde mediados del siglo XX alberga la sede del rectorado de la Universidad de Sevilla y de algunas de sus facultades, como son las Facultades de Geografía e Historia y Filología.
La construcción de la Fábrica Real de Tabacos de Sevilla se inició el año 1728. Su diseño y construcción fue realizada por ingenieros militares españoles. Se ubicó extramuros de la ciudad, junto a la Puerta de Jerez, el Colegio de San Telmo y el convento de San Diego.
El edificio cuenta con una cimentación con arquerías invertidas. Esta técnica de construcción se utilizaba para terrenos irregulares y ayudaba a reforzar las zapatas de ladrillo y la cimentación frente a movimientos sísmicos. En la construcción de muros, pilastras, arcos y otros elementos se usó la piedra de Morón, una piedra muy sólida. En términos de estilos arquitectónicos, se destaca en general el renacentista, con aires herrerianos en su planta, patios y detalles de las fachadas.
Como edificio, la Fábrica Real de Tabacos, se extiende sobre una superficie rectangular de 185 x 147 metros. En España solo el monasterio de El Escorial supera su tamaño. El recinto se encuentra rodeado en tres de sus lados por un foso que lo aísla del exterior.
En el edificio se pueden distinguir dos zonas diferentes, una, dedicada propiamente a la actividad de fabricación del tabaco, ocupando dos terceras partes del edificio. La otra zona, una de carácter más bien palacial, donde se encontraban el vestíbulo, almacenes y viviendas.
Su fachada principal tiene unos detalles muy elegantes donde se aprecia la influencia del estilo barroco. En la planta superior, podemos observar un balcón balaustrado y remate con tímpano decorado con símbolos reales. Por encima, se levanta una estatua de la Fama, y jarrones de azucenas, obras de Cayetano de Acosta. En el arco de ingreso se destacan relieves con temas relacionados a la historia y elaboración del tabaco.
Tener la oportunidad de acercarnos al edificio industrial más importante de España en el siglo XVIII, fue una gran experiencia.