En la parte norte del mar Adriático y sobre un archipiélago se fundó en el siglo V la ciudad de Venezia, Italia. Su fundación nace de la necesidad de escaparse de las constantes invasiones y redadas de los bárbaros germánicos. La Laguna de Venezia se convertiría en la “fosa” que los protegería de dichos ataques. Así cada isla que componía ese archipiélago se convertiría en una especie de fuerte o fortaleza.
El centro histórico conocido como Venezia, está compuesto de 118 pequeñas islas. Aunque hoy se encuentran interconectadas a través de más de 400 puentes, no siempre fue así. La navegación por los canales y ríos laterales sería la manera más fácil para el traslado de personas y mercancias.
Estas vías acuíferas tienen tamaños muy variables, es por ello que se desarrolla el modelo de la góndola. La forma de este tipo de embarcación, larga y estrecha, permite la propulsión de la nave con un remo solamente. Tambien se limita el contacto con el agua, con lo cual se flota sobre la misma.
Los canales pricipales de Venezia son el Gan Canal, el Giudecca y el Rio del Palacio (frontera natural entre San Marco y Castello). Hoy día estos son navegados por embarcaciones de motor, vaporettas, taxis acuáticos, etc.
Entre las estampas de Venezia, siempre recordaremos sus canales, sus góndolas y las maniobras de sus gondoleros que complacían las exigencias de aquellos que solicitaban un buen paseo.