Según describe el Retablo Mayor de la Catedral de Sevilla el historiador del arte José Gestoso y Pérez: “El espíritu se abisma al considerar el prodigioso alarde de trabajo material y de inventiva que representa aquel verdadero mundo del arte, sus colosales proporciones, el esmero y delicadeza de su talla, los infinitos pormenores con los que está enriquecido, que se escapan a la más penetrante mirada, y el exquisito gusto que en toda la obra se advierte, producen un verdadero asombro.”
El diseño de la obra de arte que representa este retablo, considerado el mayor de la cristiandad, fue realizado por el escultor flamenco Pedro Dancart en 1482. Trabajado por más de ochenta años, quedó finalizado para el 1564. A lo largo de esos años, trabajaron el retablo una serie de tallistas españoles y extranjeros, dando continuación a la obra de Dancart. Entre ellos se encuentran: Pedro Millán, Jorge Fernández Alemán, Roque Balduque, Juan Bautista Vázquez el Viejo y Pedro de Heredia.
El diseño original de Pedro Dancart consistía de un retablo de 20 metros de altura por 18 de ancho conteniendo un total de 28 escenas de la vida de Jesucristo y la Virgen María. En 1550 el Cabildo decidió ampliar las dimensiones del retablo para acomodar 16 nuevos relieves con escenas del antiguo y el nuevo testamento, por lo que el número de relieves principales ascendió a 44.
La capilla donde se encuentra el retablo está cerrada por una gran verja de hierro forjado y dorado fabricada en la primera mitad del siglo XVI. Esta reja es la principal obra del fraile dominico y rejero Francisco de Salamanca y consta de tres cuerpos.