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Alcalá de Henares y su Monasterio de San Bernardo

La fachada monumental del Monasterio de San Bernardo, fue lo primero que llamó nuestra atención de esta estructura. Aunque es muy sencilla, del tipo “telón”, el contraste de los tonos rojizos del ladrillo, con la piedra blanca que divide los tres espacios simbólicos del templo, lo hacen ver muy bonito. Observando detenidamente esta fachada, notamos que el espacio inferior es el más sobrio, que es el utilizado por los fieles; el cuerpo medio, está dedicado a la dignidad arzobispal, es por ello que se encuentran los escudos del fundador y una hornacina con la imagen de San Bernardo; y el superior, rematado por un frontón triangular, que corresponde a la zona celestial.

Fundado en 1617 por el cardenal Don Bernardo Sandoval y Rojas, en Alcalá de Henares, el Monasterio de San Bernardo se construyó para servir como convento de clausura de monjas cistercienses. Dirigió su construcción, el arquitecto Juan Gómez de Mora, uno de los grandes arquitectos del barroco que ya había trabajado en Alcalá en el Colegio Mayor de San Ildefonso. Además, Gómez de Mora fue el autor de la Plaza Mayor de Madrid, la Clerecía de Salamanca y el Panteón de Reyes del Escorial.

El convento está dividido en tres zonas: una ocupada por la iglesia, otra destinada al área de clausura y una tercera, situada en la zona delantera que da acceso al edificio, conocida como Casa de la Demandadera. Se le conoce con este nombre porque allí residía la persona encargada de realizar los recados en el exterior del convento.

La iglesia es sin duda el elemento arquitectónico más importante, tanto por su forma como por su significado dentro del barroco madrileño del siglo XVII. En su interior se destaca su majestuosa cúpula oval, la mayor en su género hecha en España. Es un ejemplo muy particular, de planta oval o elíptica con seis capillas, de las cuales las diagonales repiten a escala menor el óvalo del gran espacio central cubierto con cúpula.

En la Capilla Mayor se destaca el retablo-baldaquino, exhibiendo esculturas de los santos y pinturas sobre tabla de Angelo Nardi, pintor de la Corte. El retablo- baldaquino fue realizado en madera policromada y a este tipo de retablo le llaman de cuatro “faces”, ya que, por cada uno de sus cuatro lados, se podía llevar a cabo la misa, todas al mismo tiempo.

Nos relató nuestro guía, que, en una época acudía a la iglesia tanta gente para escuchar la misa, que terminaron ofreciendo diez misas a la vez, una en cada una de sus seis capillas y cuatro en el retablo-baldaquino de su Capilla Mayor.

El Monasterio de San Bernardo tiene un claustro de estilo barroco en ladrillo y una buena escalera conventual. Además, en las zonas altas de la iglesia se halla el Museo de Clausura Cisterciense de San Bernardo, en el cual se recrea una celda y una cocina de clausura, junto a parte de la magnífica colección de arte que durante siglos ha custodiado el monasterio.

El edificio adyacente es el Palacio Arzobispal, residencia oficial de verano de los arzobispos y obispos de Toledo y Alcalá. Aunque en 1939 esta estructura sufrió un incendio que la afectó significativamente, los proyectos de restauración ayudaron en su recuperación y que tanto su cúpula, como la linterna que la corona, podamos disfrutarla en todo su esplendor.


Fuentes consultadas:

https://turismomadrid.es/es/descubre/ciudades-patrimonio-de-la-humanidad/alcal%C3%A1-de-henares/monasterio-de-san-bernardo.html

http://www.madrid.org/monumentoscercanias/convento-las-bernardas.html

https://www.turismoalcala.es/turismo/monasterio-de-san-bernardo/